De nuevo proponen cerrar, en horas nocturnas, los puentes internacionales Bolívar y Santander sobre el río Táchira. La intención es loable, pues busca reducir el contrabando de extracción.
Dice la campaña iniciada este mes por un productor de Vive Andes y YVKE Táchira, ambas del Sibci, que de noche son más permeables los funcionarios a los sobornos de los camioneros con mercancías. Aunque el 1 de marzo en horas diurnas un camión con contrabando se volcó en una trocha yendo hacia Cúcuta.
Pero la propuesta obvia aspectos fronterizos, económicos e internacionales. Lo más importante, hay familias distribuidas en viviendas a ambos lados de esos ríos, cuyos integrantes pueden necesitar cruzar el puente a cualquier hora. También los costos y fletes del transporte legal se incrementarían por los retardos.
Hay un área fronteriza sobre el límite en la cual los nacionales de los dos países tienen libre circulación, aunque la medida igual afectaría a todos los ciudadanos del mundo.
Debilita el discurso de Venezuela ante Unasur y Celac (la circulación y el libre tránsito están considerados derechos humanos), si bien los Estados pueden restringirlos, esto debe hacerse en circunstancias especiales.
Podría alterar las políticas de buena vecindad con Colombia. En tiempos recientes el presidente Evo Morales reclamó ante Chile el cierre de pasos fronterizos (Colchane y Pisigo), pues afectaba el paso de personas y de ganado.
Los cancilleres de Colombia y Venezuela acordaron el pasado 6 de febrero en Maracaibo atacar los delitos en frontera conjuntamente.
Ese día el canciller Elías Jaua hizo un llamado: a los efectivos de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) y de cuerpos policiales, a que reflexionen y rectifiquen sobre su participación en esta actividad delictiva.
Debe confiarse o tratar esto con la Cancillería y los mandos militares; el cierre crearía otros problemas.