Columna Globoaterrada | Peaje al socialismo (Opinión)

El camino al socialismo será largo y tortuoso si todo el tiempo damos dos pasitos para adelante y un pasito para atrás. El gran logro del comandante eterno Hugo Chávez de eliminar los peajes está siendo desmontado por razones que tienen muy poco que ver con socialismo.

El peaje es un impuesto vil y odioso. Que a uno le cobren por movilizarse de un sitio a otro es una costumbre que inauguraron los salteadores de caminos.

Incluso países capitalistas con mayor concepto de beneficio social, como el Reino Unido, Suecia, Finlandia y Dinamarca, entre otros, no tienen peajes o tienen alguno excepcionalmente. Eso sí, países semidesarrollados, como España, Portugal y Estados Unidos, tienen peajes por doquier y carísimos. En muchos países donde hay peajes, éstos se implantan siempre que exista una vía alterna sin ellos.

La razón principal de la inexistencia de peajes en muchos países es que producen colas y retardos innecesarios a los conductores, incurriendo en costos sociales y económicos que no se pagan con el dinerito que se recauda.

El costo del mantenimiento de un peaje se suele estimar en un tercio de lo que se recauda. Un tercio que se va en mantenimiento de un ridículo parapeto, señalización y sueldos improductivos. Al igual que el IVA, el peaje es un impuesto regresivo. Se paga siempre lo mismo, sin importar si se tiene un carro económico o uno de lujo.

Necesitamos ideas compatibles con el socialismo para un impuesto que pague las carreteras. Un impuesto de uso de carreteras de pago anual, cuyo monto esté indexado al costo del vehículo, es una idea. Los que tengan un vehículo más costoso, que paguen más.

Hay cosas más urgentes en nuestro sistema de carreteras que cobrar peaje. La señalización en las carreteras venezolanas es pésima. Con frecuencia no existe, muchas veces está mal ubicada, cuando ya no hay tiempo de maniobrar y en ocasiones incluso con errores.

Entiendo que al principio el peaje será solo para vehículos de transporte. Esperemos que no pase de ahí y que desempolvemos la imaginación para aplicar impuestos compatibles con el socialismo.

T/ Emilio Hernández