El Comandante del Ejército de Liberación Nacional (ELN) de Colombia, Gabino, informó que participan en reuniones bilaterales con el Gobierno de Juan Manuel Santos y ratificó el compromiso de la organización con el proceso de Paz con Justicia Social.
También respaldó el reclamo del pueblo colombiano para que se instale un cese al fuego de ambas partes, medida que hasta el momento fue rechazada por el Ejecutivo. Mientras, Álvaro Uribe difundió un documento en el que revela los intereses económicos que movilizan a los enemigos de las Mesas de Diálogo.
El el mes de junio, el ELN y el Gobierno anunciaron en un comunicado conjunto el inicio de un proceso de paz que se encuentra en una “fase exploratoria” de construcción de una agenda desde el pasado enero. El domingo, el Comandante de la organización insurgente, Gabino, precisó que las reuniones bilaterales continúan centradas en dos ejes: participación de la sociedad y víctimas.
La posibilidad de establecer una nueva Mesa de Diálogo pública similar a la que hoy integran las FARC, se presenta como un avance histórico que fue respaldado a nivel regional. “Estamos convencidos de que la Paz es el camino”, sostuvo Gabino en el mensaje audiovisual, tras agradecer a los países garantes del Proceso de Paz –como Cuba- , “sin los cuales no hubiese sido posible alcanzar los logros”.
“La urgencia de encontrar la paz en Colombia ha hecho que no sentemos a dialogar. Es necesario encontrar un camino de salida política al conflicto diferente al de la guerra”, fue el mensaje del ELN. En ese marco, destacaron la voluntad política de transitar negociaciones hacia la Paz, pese a la “política de guerra” de los “enemigos” que operan desde el Gobierno Nacional y sus instituciones.
El principal guerrerista es el ex presidente Álvaro Uribe –hoy senador-, quien el viernes pasado presentó un documento del Centro Democrático (CD) en el que se encarga de combatir el Proceso de Paz, bajo el título de “Las 52 capitulaciones de Santos en La Habana”. Se trata de un informe que defiende la propiedad privada, en contra de cualquier proceso similar a “reforma agraria”, contra las Zonas de Reserva Campesina y señala a las FARC como organización terrorista, entre otros puntos.
El presidente Santos lo enfrentó tras ratificar su respaldo a las negociaciones: “hay otros que por razones políticas prefieren que el país continúe en guerra, porque saben manipular muy bien el miedo, o porque creen que continuar la violencia no les da espacio a unos grupos de izquierda que han sufrido políticamente por la presencia del conflicto armado”.
“La historia de Colombia está llena de episodios frustrados de esfuerzos por la Paz”, indicó el Comandante del Ejército de Liberación Nacional e instó a evitar un nuevo fracaso. Para ello, ratificó la urgencia de instalar un cese bilateral de fuego, una demanda popular que “aliviaría significativamente los daños del conflicto”. Desde el 2012 a la fecha, las FARC y el ELN instauraron diversos alto a la ofensiva militar de carácter unilateral, frente a los sistemáticos rechazos del Gobierno de Juan Manuel Santos de plegarse a la medida.