El Banco Central Europeo (BCE) reconoció este lunes que la economía de la región está expuesta a mayores riesgos y prometió apoyar la recuperación con medidas de política monetaria.
Entre las amenazas figuran el ambiente económico global, la situación del sistema financiero, las políticas económicas de Estados miembros de la zona euro y la incertidumbre política que rodea al «proyecto europeo», dijo el presidente del BCE, Mario Draghi.
A juicio del directivo, las perspectivas de crecimiento están mejorando lentamente en las economías desarrolladas, pero el panorama en los mercados emergentes es más contenido.
En general, «el crecimiento es lento bajo estándares históricos», consideró Draghi durante un intercambio con legisladores en el Parlamento Europeo.
«El BCE está dispuesto a contribuir con su parte para asegurar que la recuperación siga su curso con firmeza», recalcó Draghi, quien confirmó la intención de aplicar otras medidas monetarias en marzo.
«A la vista del riesgo para la estabilidad de los precios, estamos dispuestos a revisar y seguramente a reconsiderar nuestra política monetaria a comienzos de marzo», declaró.
De acuerdo con el funcionario, las débiles perspectivas de crecimiento europeo, «indican que hay que actuar».
La dinámica es más débil de lo que se esperaba, por tanto, el BCE revisó a la baja sus previsiones de inflación, que descendieron a uno por ciento para este año y a 1,6 por ciento para 2017, notificó.
Para Draghi, las medidas de estímulo puestas en marcha desde 2014 «han sido muy eficaces», pues sin ellas la eurozona habría caído en deflación en 2015 y el crecimiento económico «hubiera sido mucho menor».
Sin los dispositivos de estímulo monetario, el Producto Interno Bruto hubiera subido un punto porcentual menos cada año de 2015 a 2017, consideró.
Pero las medidas del BCE han sido «insuficientes» y por eso ahora se van a «recalibrar» las políticas monetarias, sostuvo el banquero.