La Banda Sinfónica Juvenil Simón Bolívar inició ayer en la mañana su temporada de conciertos de 2015 con el estreno internacional de dos piezas portuguesas contemporáneas, dirigidas por el clarinetista lusitano António Saiote. El recital que tuvo lugar en la sala principal del Centro Nacional de Acción Social por la Música (Cnapm) de Quebrada Honda, en Caracas, incluyó dentro de su programa la emblemática pieza de Igor Stravinsky, La Consagración de la Primavera.
El espectáculo marcó para la banda juvenil el inicio de su participación dentro del aniversario número 40 del Sistema Nacional de Orquestas y Coros Infantiles y Juveniles de Venezuela, fundado por el maestro José Antonio Abreu.
En conversación con el Correo del Orinoco, Saiote contó que es la primera vez que la Banda Sinfónica Juvenil Simón Bolívar interpreta La Consagración de la Primavera; esta es una composición que, en su opinión, representa un desafío para cualquier orquesta del mundo por su complejidad y de alguna manera contribuye a fortalecer “el cuerpo” de una agrupación musical.
“Es una partitura fantástica, con una gran complejidad que funciona de maravilla para la celebración de los 40 años del Sistema”, declaró Saiote.
Fantasías
Las otras dos piezas del repertorio que, según el director y clarinetista, sonaron por primera vez fuera de Portugal fueron Las variaciones fantásticas de Luís Carvalho y Eli eli, de Luís Cardoso. La primera, inspirada en las Fantasías de Duarte Ferreira Pestana, es un homenaje a este referente portugués de la composición especial para Banda Sinfónica.
“Duarte Ferreira Pestana fue un gran creador que perteneció a la Banda de la Guardia Nacional Republicana, la mejor banda sinfónica de Portugal. Yo lo conocí, hice obras de él y Carvalho hizo este homenaje sobre dos motivos que se repiten de varias maneras, con tonalidades distintas. Es una obra muy interesante, articulada bajo el concepto de la variación ininterrumpida con una estructura circular”, explicó el clarinetista, quien egresará a su país mañana luego de 15 días en la tierra de Bolívar.
En cuanto a la de Cardoso, Saiote comentó que se trata de una obra que aborda desde la música gregoriana del siglo XIII hasta los ritmos de la actualidad como la salsa y el swing entre muchos otros. “Es una composición que está muy bien hecha porque pasa por varias formas musicales de una manera increíble”, apuntó el batuta.
Cardoso, comentó Saiote, es natural de una localidad llamada Fermentelos, en donde cada familia tiene alguien en Venezuela, un lugar de mucha afición por la música que se precia de tener dos bandas.
“Para mí Cardoso es uno de los mejores compositores contemporáneos dedicados a hacer música para banda”, opinó el invitado internacional. Durante su visita, además de trabajar con la Banda Sinfónica Juvenil Simón Bolívar, se dedicó a dictar talleres a un nutrido grupo de clarinetistas de distintas agrupaciones del Sistema.
Ya fuera del repertorio establecido, la Banda le regaló al público, a manera de bis, el tema Huapango, compuesto a comienzos de la década del 40 del siglo XX por el mexicano José Pablo Moncayo, con marcadas tonalidades nacionalistas. Una pieza, como el resto del programa bastante compleja.
“Todo este programa es muy complejo. No hay ritmo que no se haga hoy acá”, prometió el portugués minutos antes de la presentación.
Rumbo a la excelencia
Con la de ayer el director portugués António Saiote completó su cuarta oportunidad en cinco años de dirigir a la Banda Sinfónica Juvenil Simón Bolívar. “Siempre es un placer venir a Venezuela a trabajar con su gente y a poner un granito de arena en el crecimiento del Sistema”, declaró.
Para el lusitano, quien ha tenido la oportunidad de experimentar de cerca la evolución de esta agrupación del Sistema fundado por el maestro Abreu, la banda juvenil “tiene buenas bases para ser una referencia internacional si continúan el trabajo que han venido realizando hasta ahora y estoy seguro de que será así”.