El presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, pidió este jueves la aprobación inmediata de la reforma migratoria, específicamente este mismo año, ya que según el mandatario, trae beneficios a la economía y a la seguridad nacional.
“La aprobación de la reforma migratoria es bueno para la economía, bueno para la seguridad nacional. Es el momento de hacerlo, es necesario arreglar nuestro roto sistema de inmigración”, aseguró Obama durante una comparecencia en la Casa Blanca, sede de Gobierno.
El 27 de junio el Senado, bajo control demócrata, aprobó la propuesta de Obama para una Reforma Migratoria, la cual debe ser avalada por la Cámara de Representantes, de mayoría republicana, en donde aún no se ha alcanzado un acuerdo bipartidista lo que la mantiene paralizada.
Obama, acompañado de su vicepresidente, Joseph Biden, recordó que los demócratas de la Cámara baja ya presentaron su propia propuesta y «ahora les toca a los republicanos decidir si la reforma se convierte o no en una realidad».
El presidente indicó que si los republicanos tienen nuevas ideas para sacar adelante la reforma, él está dispuesto a escucharlas, pero reiteró que es necesaria su aprobación. «No esperemos. No será más fácil si lo aplazamos, pido que por favor no escondamos bajo la alfombra una vez más los problemas que tiene el sistema de inmigración”.
«Si hay una razón para no aprobar esta reforma de sentido común todavía no la he escuchado», aseguró el dignatario estadounidense.
La semana pasada, nada más resolverse la disputa presupuestaria que mantuvo paralizada la Administración federal durante más de dos semanas por falta de fondos, Obama pidió al Congreso que centre su atención en la reforma migratoria.
El proyecto de reforma aprobado por el Senado establece inversiones millonarias para mejorar la seguridad fronteriza, abre una vía a la ciudadanía para más de 11 millones de indocumentados y de acuerdo con Obama la economía crecería en 1,4 billones de dólares durante los próximos 20 años.
En territorio estadounidense viven unos 11,5 millones de indocumentados, donde la mayoría de ellos son latinoamericanos. El gobierno defiende la aplicación de las leyes migratorias de forma “humana” y enfocadas en la deportación de personas con antecedentes criminales.
Desde el 2012, en Estados Unidos se aprobó un programa que aplazó las deportaciones de los indocumentados, siempre que sean menores de 30 años, estén estudiando y hayan llegado al país antes de los 16.