Bárbara Mijares: «Microteatro fue una fase muy importante en mi carrera artística”

“Los actores siempre deberíamos ser versátiles y aceptar desafíos, no limitarnos tanto”, responde sin dudar Bárbara Mijares, una joven de apenas 26 años, pero que desde los 12 está sumergida en el mundo de la tablas.

Hoy por hoy, tiene el reto de interpretar a Carmen Rosa, uno de los roles más importantes en el remontaje de Oficina número 1, original de Miguel Otero Silva, y que fue llevada a las tablas por Rajatabla hace tres décadas, y que ha sido repotenciada en una nueva temporada que durará todo febrero.

El actual montaje dirigido por Eduardo Viloria y Díaz destaca por sus actuaciones casi compactas, tomando en cuenta que es un elenco con más de veinte personas entre damas y caballeros. Dura poco más de dos horas, pero el tiempo se hace corto debido al sostenido y dinámico ritmo de la obra.

-¿Cómo llegas al rol de Carmen Rosa y cómo confeccionaste el personaje?

-En realidad, yo no llegué a Carmen Rosa, ella llegó a mí. Pasamos por varios días de lecturas de la pieza, donde cada uno tenía un personaje asignado, uno de esos días cubrí a una de las actrices, quien era la que estaba elegida principalmente para interpretar el personaje protagónico, lo leí varias veces, y más adelante, por compromisos mayores, la otra actriz no pudo continuar en el montaje. Seguido a esto, el director, ya habiéndome escuchado varias veces en las lecturas, toma la decisión de que yo interpretara finalmente a Carmen Rosa.

-Todo un reto.

-Hasta el día de hoy agradezco enormemente que haya llegado a mí, dentro del proceso de construcción del personaje me he llevado un gran aprendizaje y he desarrollado una fuerte conexión emocional con ella, ya que vengo de una familia de mujeres emprendedoras cuya historia va de la mano con la de Carmen Rosa, su entrega y amor por lo que ha construido, la determinación hacia el logro de sus metas, su capacidad de resiliencia que trae consigo desde Casas muertas y aún viene con ella en su maleta al llegar a Oficina número 1, me identifico con el proceso evolutivo que lleva consigo este personaje a lo largo de toda la pieza. Ha sido un proceso de construcción complejo y enriquecedor, también por el hecho de tener que entender el estilo de vida de las mujeres para aquel entonces, sus limitaciones y maneras de moverse frente una sociedad conservadora.

-Has participado también en microteatro. ¿Consideras que te ha ayudado en tu carrera y por qué?

-Sí, eso es correcto. Microteatro fue una fase importante en mi carrera artística, fue una ventana para conocer y darme a conocer con más personas en el medio, aparte del enorme ejercicio actoral que implica el estar ahí con seis funciones diarias, cinco días a la semana. Varias piezas me llevaron a acercarme con el público de distintas maneras, unas más especiales que otras, por la carga emocional que llevaban algunos montajes, desde ahí fui aclarando más conmigo misma mi propósito en esta carrera, ser el vivo reflejo o la voz de aquel que no es escuchado, del que no se siente comprendido, del que es víctima del silencio, del que no ha tomado una decisión por miedo, ayudarle a sacar una sonrisa a alguien, etc… En ese espacio fue donde empecé a hallarme como ser humano, forma parte de mi crecimiento. Siempre estaré agradecida con la experiencia y con las personas que lo hicieron posible.

-Entre el drama y la comedia, ¿dónde te sientes más cómoda y por qué?

– Me siento cómoda en ambas. Los actores siempre deberíamos ser versátiles y aceptar desafíos, no limitarnos tanto. El escenario es nuestro lugar de exploración y de renacer. Me gusta ver los distintos matices de la vida, y en eso estamos diariamente, hoy reímos, al rato lloramos, nos molestamos, etc., esa es la realidad, siento que mi trabajo como actriz es plasmar eso, sin limitarme a la una o a la otra, eso me ha hecho sentir más libre, ir trabajando en buscar en ambas la verdad escénica, indiferentemente de las circunstancias, en ese punto es donde nos conectamos con el espectador, sea cual sea el género.

-El teatro infantil es exigente. ¿Cómo ha sido tu desenvolvimiento en este?

-El público más exigente es el de los niños, totalmente. Son los más honestos y transparentes. Estuve un tiempo largo haciendo teatro infantil, y lo disfruté un montón, me hace feliz y me aviva el alma sacar una sonrisa y ver la ilusión de un niño, hay varios montajes que me costaba soltar por el inmenso cariño que le agarraba a los personajes y la energía tan pura que traen consigo. De hecho, mi primer reconocimiento actoral lo obtuve por una obra infantil, que estuvo en microteatro, recuerdo que lloré cuando recibí el premio, aparte de que no me lo esperaba, porque en ese momento ya había decidido darme una pausa del género infantil, y había formado parte de mi carrera por mucho tiempo, conservo esos momentos con bastante amor, me costó mucho soltarlo pero era necesario.

-Actriz, ¿pero también te interesa la escritura y dirección teatral?

-Me encanta dirigir y escribir, ambas las estudié también. Participo como escritora en un espacio que se llama “Punto de vista”, ahí escribo poesía libre, comparto el espacio con varios escritores jóvenes de distintos países, también he escrito algunas obras de teatro. Y como directora, es una rama que tengo bajo la manga, también he dirigido algunas obras, pronto vienen algunos proyectos donde estaré desde ese lado, me interesa ver y esculpir las piezas desde afuera, crear el mundo completo, encaminar el proceso de los actores, e hilar todo el proceso paso a paso.

-¿Cómo ves el teatro actualmente en el país?

-El Covid- 19 fue un gran impacto a nivel mundial, todavía hay muchas personas que temen salir de sus casas o estar en un espacio cerrado así hayan medidas de bioseguridad, y se entiende, cada quien lleva los procesos a su manera y más uno de gran impacto como este. Sin público no hay espectáculo. Ahora estamos “renaciendo”, como el ave fénix, de las cenizas, y paso a paso vamos retomando los espacios, nos ha tocado adaptarnos a la situación actual, lo importante es no detenernos, seguir creando y no perder la fe de que en algún momento volveremos a llenar las salas.

-¿Qué papeles te gustaría interpretar en el futuro?

-Cualquier personaje que venga será bien recibido, porque cada uno trae una lección bajo el brazo. Aún así, si es por escoger uno, sueño con interpretar algún día a Adela de La Casa de Bernarda Alba, todo personaje que busque cambiar o romper con estructuras sociales me apasiona. Y así como un sueño más lejano, interpretar la vida de La Lupe me encantaría, en alguna serie internacional o película.

-Agrega el comentario que mejor te parezca.

-Tenemos mucho que evaluar, tanto afuera como dentro del medio artístico. Debemos apoyarnos entre todos, ser más unidos. Ser más humanos. No pisarnos entre nosotros mismos. Estamos divididos en círculos. Deberíamos trabajar más en pro de construir una nueva era en el arte venezolano y para que eso sea posible hace falta más unión, que nos apoyemos y busquemos sumarnos entre todos. Se comenta que nuestra generación está perdida, que no se sabrá hasta dónde llegaremos, y los mismos que comentan los he visto muy pocos enfocados en cambiar esa realidad. Más allá de la queja, que nos retrasa más, deberíamos centrarnos en buscar soluciones para construir un mejor futuro.

Se debe recordar que Oficina número 1 se presenta viernes (5:00 pm), sábados (4:00 pm) y domingos (11:00 am) durante todo febrero en el Teatro Chacao de Caracas, y los viernes las funciones son de 2×1.

T/ Eduardo Chapellín
F/ Cortesía B.M.