Con barricadas dispuestas en distintos puntos del país, comenzó este miércoles la jornada de paro nacional convocada por la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) de Chile por 48 horas.
La protesta tiene previsto manifestaciones en demanda de una reforma constitucional, la reforma del sistema tributario, la creación de un nuevo código laboral, además de un sistema estatal de fondos de pensiones, ahora en manos privadas, así como mayor inversión en salud pública y educación.
A primeras horas de la mañana, los gremios de empresas de transporte de Puente Alto, en la región metropolitana de Santiago, comentaron que la adhesión al paro de los colectivos de esa zona es de 1005.
Mientras 2.000 policías están desplegados en Santiago de Chile, el presidente, Sebastián Piñera, anunció el pasado martes que aplicará la Ley de Seguridad Interior del Estado para resguardar el orden, reseñó la prensa local.
“Algunos están trabajando para que el país se paralice y quieren hacerlo retroceder”, dijo Piñera, al descalificar las luchas por reivindicaciones sociales.
En respuesta a la decisión del Ejecutivo chileno, el secretario general de la Organización de Estados Americanos, José Miguel Insulza, dijo a su llegada al país que “es descabellado en estos momentos imponer la Ley de Seguridad, este no es momento de represión sino de diálogo”.
Los carabineros, fuerzas policiales militarizadas, han organizado operativos especiales en puntos clave de Chile como la sede Ejecutiva, las estaciones del metro, los terminales de transporte ferroviario, aeropuertos, puertos y zonas fronterizas.