Columna Desde el resuello Esnú|El barrio seguro (Opinión)

Hace 200 años fue la insurrección de los pobres con Tomás Boves al frente, ahora pretenden la insurrección de los ricos comandada por nadie en ciertas e inciertas partes ínfimas en relación a todo el mapa. Hoy son los barrios los lugares más seguros del país.

Estos grupos violentos ya son rechazados por sus propios supuestos e indefensos simpatizantes. Arremeten contra todo aquel que no apruebe sus métodos, independientemente de que sean chavistas o no, pues a ellos no les interesa la simpatía de nadie, sino crear una zozobra insostenible para que Rambo o Superman acuda en su ayuda y les garantice sus privilegios exclusivos que los “tierruos” “castrocomunistas” les quiere escamotear. Ese presidente pretende quitarle sus derechos esclavistas y cómo se puede vivir sin esclavos, ¡claro como él es obrero!

Así estará de bien este país que protestan los que más tienen. Bueno, ellos no protestan, pagan para que protesten por ellos, se dan el tupé de contratar manifestantes. Y cuál sentido puede tener unas acciones mercenarias de las que nadie se responsabiliza. Qué insurrección es esa que nadie se atribuye. Qué pueden esperar sino la intervención y hay que ser bien sinvergüenza, cobarde y rastrero para andar pidiendo auxilio a una potencia extranjera ante la imposibilidad de convencer a un pueblo de que “el régimen los está matando” pero no se dan cuenta porque están ideologizados o porque son brutos y no como ellos que tienen la inteligencia de los gringos.

Lo cierto es que en esas urbanizaciones van a tener que agarrar el ejemplo de los pobres y organizarse en consejos comunales, conocerse, conversar, ser amigos más allá del frío saludo para organizarse y hacerse respetar ante esos minoritarios grupos violentos que pretenden quebrantar su vida normal en contra de su voluntad.

En lo que a nosotros respecta es importante sentir cada día más que tenemos patria, que contamos con un país y con un estado a favor de su gente. La justicia cada día más debe imperar y así como vamos diluyendo el odio ir también desarticulando las mafias que nos carcomen.

T/ Gino González