Según científicos de la Universidad Carnegie Mellon en Estados Unidos|Baterías ingeribles podrían contribuir al diagnóstico de enfermedades

Baterías sin ningún efecto tóxico al disolverse dentro del cuerpo humano, podrían algún día energizar dispositivos ingeribles para diagnosticar y tratar enfermedades. Unos científicos han hecho nuevos progresos hacia ese objetivo con sus baterías hechas de pigmentos de melanina, presentes de forma natural en la piel, el pelo y los ojos.

Desde mucho tiempo atrás, ha estado presente en la ciencia-ficción y también en las esperanzas de algunos especialistas, que algún día nos podamos tragar de manera cotidiana dispositivos electrónicos capaces de diagnosticar y tratar enfermedades.

Pero para que el acto sea realmente cotidiano, y podamos hacerlo a diario si es preciso, esos dispositivos se deben poder disolver dentro del cuerpo en caso de necesidad y por supuesto no pueden albergar en su interior sustancias tóxicas.

Intentando alcanzar estas exigencias, el equipo de Christopher Bettinger y Hang-Ah Park, de la Universidad Carnegie Mellon en Estados Unidos, ha recurrido a materiales derivados de compuestos biológicos que podrían reemplazar a algunos de los componentes electrónicos más problemáticos.

Hace unos 20 años, se desarrolló una minúscula cámara ingerible, que funciona gracias a una batería interna, como herramienta complementaria para las endoscopias. Puede visualizar lugares en el sistema digestivo que son inaccesibles para la endoscopia tradicional. Pero está diseñada para discurrir a través del cuerpo y ser excretada.

Para un único uso en la vida de una persona, o unas pocas veces, el riesgo de que la cámara con su batería convencional quede encallada en el tracto gastrointestinal es pequeño. Pero las posibilidades de que algo vaya mal se incrementarían de forma inaceptable si los doctores quisieran utilizarla más frecuentemente en un único paciente.

F/Globovisión