Tiene 25 años y en algún tiempo fue considerado uno de los prospectos más prometedores de los Azulejos de Toronto. Sin embargo, las vicisitudes de la vida y la suerte de la pelota no lo favorecieron. Balbino Fuenmayor perdió el rumbo y en los años 2013 y 2014, solo pudo jugar en las modestas Ligas Independientes de Estados Unidos.
En algún momento el fornido inicialista ponderó la posibilidad de dejar a un lado el beisbol. Ser dejado en libre por Toronto lo afectó de manera importante, sobre todo porque nunca pudo superar la categoría A de Ligas Menores.
“Cuando me fui a Liga Independiente pensé en retirarme. Gracias al apoyo familiar fue que seguí jugando. Todo fue duro cuando me dejaron libre, pues tuve que comenzar desde cero y no recibía oportunidades de ningún tipo”, recordó el inicialista y pieza vital del lineup de Caribes de Anzoátegui.
El año pasado Balbino reencontró el talento mostrado cuando fue firmado a los 16 años de edad. En la Canadian-American Association conectó 23 jonrones, impulsó 99 carreras y ligó para promedio de .347. Por si esos números no fueran suficientes para impresionar a los scouts, el toletero sacó diez pelotas en la ronda regular de la temporada venezolana, fletó a 38 hombres y bateó para .315.
Sus números impresionaron a los cazatalentos y lo firmó Reales de Kansas City. Fuenmayor regresó al beisbol organizado.
“Ahora mi familia está bien contenta porque ellos saben cuánto he trabajado para esto. Todos están motivados y pidiéndole a Dios que las cosas me salgan bien”, sostuvo el nativo de Güigüe (Carabobo).
Rol estelar
Esta es la primera final en la que Balbino toma turnos al bate, a pesar que estuvo presente en la anterior, por lo que es una experiencia nueva y que causa diversos sentimientos en el jugador.
“Estoy sumamente contento por la oportunidad de jugar contra Navegantes del Magallanes, el equipo que me dio el chance de firmar al profesional. Todos en mi familia son magallaneros, por eso es tan especial jugar contra ellos”, dijo.