42 años en el ámbito cultural latinoamericano|Biblioteca Ayacucho se convirtió en la editorial bandera de Venezuela

Cuatro décadas que dejan un legado de más de 400 títulos resumen el sueño inicial de José Ramón Medina (Escritor y político venezolano) y Ángel Rama (ensayista y crítico uruguayo), que durante 42 años ha permanecido como uno de los sucesos editoriales de mayor trascendencia en el ámbito cultural latinoamericano.

Desde su creación en 1974, Biblioteca Ayacucho (BA) ha venido fortaleciendo su propósito fundamental: mantener en permanente actualidad  las obras clásicas de la producción intelectual del continente, desde los tiempos prehispánicos  hasta el presente.

Para el actual presidente de la institución, el escritor Humberto Mata, el 42º aniversario de la editorial es un gran honor, porque este hecho constituye la respuesta del Estado revolucionario a los deseos de integración de los pueblos,

-¿Qué cambios tuvo BA dentro de la Revolución Bolivariana, cómo eso influyó en la evolución de la editorial?

-Hay una transformación dramática, si se quiere, la cual puede expresarse en el hecho de que antes de la Revolución la Biblioteca Ayacucho tenía un presupuesto mínimo, algunas veces nulo, para cumplir con sus funciones. Se había llegado al caso de que los empleados no cobraban, por falta de recursos, de que la Biblioteca llegó a imprimir un libro anual en muchos casos, de que los empleados hacían comidas colectivas al mediodía para luego marcharse porque no existía programación ni recursos. Mayor desprecio por la cultura yo no he visto en mis años de vida.

¿Cuáles diferencias cree que se han marcado entre la BA del siglo XX y la actual?

-La Biblioteca Ayacucho ha tenido varios momentos: cuando comenzó, que pudo desarrollar una actividad muy grande, lo que la llevó a realizar excelentes publicaciones, tanto cualitativa como cuantitativamente; en la etapa media, hacia fines del siglo pasado, cuando fue lanzada al olvido y apenas pudo hacer un trabajo mínimo, insignificante, de silencio forzado.

Fue en la etapa revolucionaria, finalmente, cuando el Estado, consciente de que sin revolución cultural no hay Revolución, inyecta recursos a la institución y le exige programas conformes con esa inyección de recursos, la hace lo que ella siempre quiso y debió ser: la editorial bandera del país.

Es importante saber que la Biblioteca Ayacucho es una editorial para Latinoamérica y el Caribe lanzada al mundo.

-¿Cuáles han sido los logros más importantes a lo largo de estos 42 años?

Uno de los primeros, subsistir en las peores etapas de su vida: fines del siglo XX. Otro, no haberse desviado de lo que fue y es su razón de ser. La Biblioteca Ayacucho fue creada para salvar nuestra memoria, para darle peso cultural a nuestra América,

Los nuevos clásicos son clásicos de nuestra América: y ellos están en la Biblioteca Ayacucho. Por ello, su labor es inmensa, diría que inagotable.

-¿Cuáles son las metas futuras?

La Biblioteca Ayacucho ha cambiado muchísimo desde que llegó la Revolución, sigue aferrada a su razón de ser –y no la puede abandonar, so pena de desdibujarse y desaparecer–, pero ahora lo hace recurriendo a los nuevos medios, sin olvidar los tradicionales; así, casi la totalidad de los libros de la Bibliotecas Ayacucho pueden ser consultados vía internet; se han creado nuevas colecciones que constituyen un esfuerzo por acercar al nuevo lector a la Biblioteca; dos colecciones novísimas: Ayacucho Mínima y Biblioteca Ayacucho Ilustrada, dan cuenta de esto, ya que la primera incluye, junto con los textos tomados de nuestra colección mayor (Colección Clásica) gráficas de nuestros dibujantes, los cuales tienen un talento excepcional para el dibujo; y la segunda es mayormente gráfica, con fragmentos, historias contadas como cómics.

-¿Qué significa para usted que la tradición se convierta en una novedad?

-Es complejo y sencillo a la vez. Cuando la tradición es ofrecida de manera mortecina y sin contextualización, es palabra, pensamiento muerto; cuando, al contrario, es puesta al día mediante estudios oportunos que dan cuenta de su vigencia, que dejan ver cuánto de lo que al comienzo parece antiguo está vigente en nuestra manera de ser, de pensar y de actuar, es pensamiento vivo.

Biblioteca Ayacucho abarca más de cuatro centenares de títulos haciendo de la tradición una novedad, que registran las expresiones oral y escrita de nuestros pueblos originarios, que nos conllevan a poesía, novelas, ensayos, entre otras, desde la colonia hasta las obras actuales de que daba cuenta el presidente Hugo Chávez Frías.

INTEGRACIÓN Y VISIÓN IDEAL DEL FUTURO

El vínculo con el pasado es examinado por Elizabeth Coronado, Coordinadora de Producción, quien rememora que en 1974 se hizo el acto de fundar la editorial y de crear el Premio de Novela Rómulo Gallegos, y confirma que no se garantizaron los recursos para que se mantuviera.

“En las épocas duras de los años 90 se llegó a imprimir, con suerte, un libro por año”, comenta Edgar Páez, Director Ejecutivo. Incluso, para Coronado, no se cerró la editorial por temor a las repercusiones internacionales.

“Con miras a próximos proyectos también hemos incluido el cambio en el formato del libro a nuevos soportes contemporáneos, que incluyan sonidos, imágenes y movimientos, para que estén presentes en los aparatos que la tecnología ha venido y seguirá desarrollando”, agrega Páez.

Sin embargo, añade, la Biblioteca Ayacucho mantendrá su línea con respecto a los clásicos latinoamericanos, saldando deudas editoriales y correspondiendo a un listado mítico de intelectuales que aún faltan por publicar.

T/ Fariella Porras
F/ Cortesía MPPC