Hace 190 años emitió un decreto para que se iniciaran los estudios que la hicieran posible|Bolívar quiso construir una ciudad marítima en la actual Bolivia

El 18 de mayo de 1825, hace 200 años, el Libertador Simón Bolívar emitió un decreto mediante el cual disponía la construcción de una Ciudad Marítima en costas del Pacífico suramericano, que por entonces formaban parte del territorio de Alto Perú. Con ello procuraba dar acceso directo al territorio de la actual Bolivia, república que para esa fecha no se había proclamado, pero cuyo proceso constituyente estaba en marcha.

El 9 de febrero de 1825, Antonio José de Sucre había convocado la Asamblea General de Diputados de las Provincias del Alto Perú, que finalmente declararía la independencia de aquel territorio el 6 de agosto de ese año. Para el naciente Estado, el Pacífico Sur era una vía natural de salida e ingreso de viajeros y productos comerciales.

LA IDEA DE PROGRESO

Ya desde 1814, en medio de la Guerra a Muerte, el Libertador expresó ila importancia de que se estableciesen en los países que lidiaban por su independencia, grupos de migrantes europeos que por entonces buscaban un destino para establecerse. La idea de progreso que bullía en la mente del Libertador conjugaba el fomento económico con la moral y las luces, y el propósito de felicidad posible. Dichos, postulados, originados en el Iluminismo del siglo XVIII, tenían un adelantado en el socialista utópico Gabriel de Mably, cuyo pensamiento confiesa haber estudiado el Libertador.

Bolívar ajusta todo proyecto de atracción de comerciantes e industriales, no a términos del librecambismo absoluto –en boga dentro de las élites suramericanas–, sino en equilibrio con derechos sociales que se expresaban en la “prohibición de pagar salarios en especie” debiendo hacerse con dinero en metálico a favor de los jornaleros. Pieza fundamental de esta visión era la construcción de carreteras y puertos, para la movilización de los bienes producidos por la población y los que esta requería del exterior.

UN PUERTO MARÍTIMO

Contando con el lago de Titicaca y corrientes fluviales como el Abuná, Beni y otros que confluyen en el caudaloso río Madera, Bolivia se plantea una circunstancia que desde su nacimiento como Estado nacional debía ser atendida: su población se asienta en altiplano, a varios miles de metros de altitud sobre el nivel del mar, requiriendo un acceso costero directo, para el flujo de su comercio externo. Durante el régimen colonial ello no era inconveniente por cuanto, como provincia del Río de la Plata primero, y luego de las autoridades de Lima, su comercio respondía a las rutas de los respectivos virreinatos. Y seguramente este hecho está en el origen del decreto del 18 de mayo de 1825, que instruye la construcción de una ciudad marítima en favor del nuevo Estado.

Así las cosas, la localidad portuaria concebida en el decreto del 18 de mayo de 1825, corresponde al litoral del desierto de Atacama, por entonces parte del Departamento de Potosí. Para 1829 el presidente de Bolivia, Andrés de Santa Cruz, crea en dicho territorio el “Departamento del Litoral”, que tuvo de capital el pequeño puerto de Cobija, que formará parte de dicha nación hasta 1879, cuando Chile, victoriosa en la guerra contra Perú y Bolivia, toma dicho territorio y, en consecuencia, de Cobija, nombre definitivo del portete o caleta pesquera que se construyó en atención al decreto del Libertador.

Cobija –situada en una franja del desierto de Atacama que otrora pertenecía a Bolivia, y que hoy forma parte de Chile–, se fundó como parte de la política territorial del Libertador, quien aspiraba dotar a la nación que recién se constituía como Estado independiente, de un puerto para su comercio internacional. Bolívar quiso que naciera con el nombre de Puerto La Mar, en reconocimiento al general José de La Mar, en quien cifraba sus esperanzas como heredero dentro del Perú, de las glorias de Junín y Ayacucho y sostenedor de la gesta anfictiónica que se esbozaba con el Congreso de Panamá convocado por el héroe caraqueño, y que debía reunirse a mediados de 1826 en el Itsmo centroamericano.

Sin embargo, los propósitos de progreso y grandes augurios para la población del nuevo Estado boliviano, así como los proyectos anfictiónicos, naufragaron dos años después, cuando el propio General La Mar, con el poder en Perú, patrocina la agresión de Agustín Gamarra contra Bolivia y el Motín de Chuquisaca, en el cual resultó gravemente herido Antonio José de Sucre.

OTROS DECRETOS

Durante su viaje al Alto Perú , el Libertador dio el fundamental decreto de confirmación para la convocatoria de la Asamblea Constituyente del nuevo Estado, Bolivia, inicialmente hecha por Sucre. De hondo significado reformador fue su decreto estableciendo el pago de salarios en metálico a los indígenas, y no en especie, como acostumbraban hacendados, jefes civiles y algunos clérigos imponían relaciones de servidumbre respecto a la mano de obra. Igualmente dispuso el Libertador la apertura de tres carreteras para dar mayor accequibilidad terrestre con el territorio de la actual Bolivia, así como la creación de escuelas, fundación de varios hospicios para niños huérfano, fomento a la importación de mulas y la propiedad del Estado sobre toda mina abandonada.

T/ Néstor Rivero
I/ Cortesía