La esperanza de los Boston Celtics de transformarse en el primer equipo en remontar un 0-3 en una serie de Playoffs NBA, sigue viva.
Los de Joe Mazzulla fueron una aplanadora en el TD Garden y dominaron al Miami Heat por 110-97 (la diferencia debió ser bastante mayor), en un duelo que empezó a romperse desde los primeros minutos.
Boston salió con muchísima mayor agresividad que Miami, tanto para defender como para ir a por los rebotes. Los Celtics, además, anotaron una serie de triples (7 en el primer parcial) que ayudaron a abrir una ventaja de 15 unidades (35-20), que los de Erik Spoelstra jamás pudieron remontar.
La victoria de Boston no corrió riesgo en toda la noche. Los Celtics lucieron como un equipo claramente superior y con muchos más recursos que su rival, que para este partido sumó la baja de Gabe Vincent, producto de un esguince de tobillo.
Si Miami no tiene un cambio profundo en relación a los últimos dos partidos, la hazaña histórica de Boston estará cerca. Porque no se trata solamente de dos victorias, sino de la manera en la que los Celtics han lucido en estos últimos encuentros: superiores en todos los rubros y por un buen margen de diferencia en varios de ellos.
Boston tuvo a cuatro jugadores por arriba de los 20 puntos: no solo hubo 21 unidades de Jayson Tatum y Jaylen Brown, sino también 24 de Derrick White y 23 de Marcus Smart. Entre los cuatro anotaron 14 de 25 triples.
En Miami hubo poco de un Jimmy Butler preservado en el último cuarto, ya con la historia definida: 14 puntos en 33 minutos. El máximo anotador fue Duncan Robinson con 19 puntos y 9 asistencias.