Hace 240 años nació en Caracas el héroe de La Victoria|La bravura en el combate distinguió a José Félix Ribas

El 19 de septiembre de 1775 nació en Caracas José Félix Ribas. Prócer fundamental en la primera etapa de la Guerra de Independencia de Venezuela. Habiendo combatido victoriosamente en 1813 en las batallas de Los Horcones y Taguanes, tendría su actuación más fulgurante en el terrible año de 1814, en las batallas de La Victoria, Tuy, Urica y Maturín entre las más recordadas de aquel tiempo de combate casi que diario.

Descolló Ribas a tal grado, que el Libertador le habría de designar Jefe Militar de la provincia de Caracas, responsable de la defensa de la capital y sus adyacencias en los momentos en que aquel debía desplazarse hacia San Mateo, Valencia u otro punto del territorio en guerra.

AÑOS TRIUNFALES

La primera comparecencia de José Félix Ribas ante un hecho notable de nuestra historia se dio el 8 de mayo de 1799, cuando asiste a la Plaza Mayor de Caracas al acto de ejecución del precursor y mártir José María España, de cuyos labios escucharía la expresión “No pasará mucho tiempo sin que mis cenizas sean vengadas”.

En dicha oportunidad, según narra Juan Vicente González “sólo un joven de ademán resuelto (…) asistió a la plaza con aparente estoicismo, a la bárbara carnicería del verdugo (…) y como agitado de funesto presentimiento, soltó las riendas a su caballo y corrió sombrío por las solitarias calles de la ciudad” [Biografía de José Félix Ribas].

El mismo autor refiere sobre la participación de Ribas el 19 de Abril de 1810, quien “En este solemne día…se multiplicó por calles y cuarteles…esforzando a los débiles, llenando los pechos de osadía y entusiasmo”. Juicio similar emite al respecto Caracciolo Parra-Pérez en su Historia de la Primera República. Destacará en 1811 como integrante de la Sociedad Patriótica. En 1812 emigrará al igual que Bolívar y otros hacia Cartagena de Indias. Y en 1813 se enrola como oficial en la Campaña Admirable que libera el occidente y centro de Venezuela, mostrando aquel coraje que le conquistó su peldaño en la inmortalidad.

“PALMO a PALMO”

José Félix Ribas simboliza el héroe por excelencia de la Antigüedad, como Leónidas en las Termópilas quien, a la cabeza de 300 hombres, contuvo por varios días a decenas de miles de persas; y Temístocles, quien con algunas decenas de trirremes derrotaría las fuerzas navales con 300 barcos de Jerjes en los estrechos de Salamina.

Así, el 12 de Febrero de 1812 en La Victoria, indica Juan Uslar Pietri “…con su voluntad espartana reunió todos los alumnos del Seminario (de Caracas) y estudiantes de la Universidad, corriendo con ellos a La Victoria para hacer frente a Morales y los suyos” [La rebelión popular de 1814, pág 121], enfrentando con 200 estudiantes y unos seiscientos veteranos a más de cuatro mil realistas. Con tal disparidad –o mayor– en la relación de tropas contendientes asistirá a Urica y Maturín, donde sucumben los restos de la fuerza patriota.

“PELEABA CON SU GORRO FRIGIO”

Rufino Blanco Fombona describe al Ribas militar con una frase relativa a su indumentaria habitual: “peleaba con el gorro frigio”, evidenciando uno de los propósitos del ‘Vencedor de los Tiranos’: inculcar al soldado, con el ejemplo, los valores de emulación, pundonor y arrojo que distinguieron a Dios vengador Mitra, quien combatía contra toros gigantes, con un gorro frigio sobre la cabeza. La Revolución Francesa convirtió la pieza en emblema de Libertad.

Al estallar los procesos de Emancipación en las colonias españolas, miembros de juntas patrióticas y clubes de jóvenes irreverentes a todo lo largo del continente, reivindicaron el significado de la vistosa montera. Ya para la Batalla de Carabobo del 24 de junio de 1821, el Libertador Simón Bolívar y su Estado Mayor, según la reconstrucción pictórica de Martín Tovar y Tovar, lucieron la vistosa prenda como parte del uniforme. José Félix Ribas fue abanderado de dicha práctica dentro del Ejército patriota en los primeros años de la contienda. Así, en las distintas acciones en que intervino, se veía a José Félix Ribas, hombre de bravío temperamento con el gorro frigio.

“ALMA AGITADA Y GENEROSA”

“Nació José Félix Ribas el 19 de septiembre de 1775, de don marcos Ribas y doña peyronila Herrera y Martínez; fue el postrero de once hijos (…)Los Ribas se esparcieron por España; hay Ribas en Centro América; y el viajero Clarke habla de un almirante Ribas que bajo el mando de Catalina II, libertó Odessa de los turcos(…)

En la primera mitad del siglo XVIII los Ribas se habían multiplicado en Caracas…independientes en medio de sus posesiones agrestes(…)Ribas recibió la enseñanza que se acostumbraba en aquel tiempo. Tenía ejemplos que imitar en su propia familia: Francisco José Ribas había alcanzado renombre como teólogo y orador sagrado y compitió…en el Rectorado de la Universidad en…célebre pugilato de silogismos y escándalos. El otro presbítero, don Marcos Ribas…fue…un sacerdote fervoroso, cuyos sermones llenaban de pavor las almas cristianas por la fuerza con que tronaba sobre los vicios(…) Consagróse en fin [José Félix Ribas] a los trabajos del campo y en ellos lo encontró la revolución. En diez años que corrieron desde la muerte de (José María) España hasta el 19 de abril (de 1810), su alma agitada y generosa buscó ansiosamente un objeto a qué consagrar la vida, pidiendo a cielo y tierra una causa a qué servir (…)

Vésele en todas las reuniones que precedieron y prepararon la revolución…del 16 de julio de 1808 [la Conspiración de los Mantuanos] … en la de don Ángel Álamo, donde se resolvió el golpe del 19 de abril (de 1810). En este día solemne José F Ribas se multiplicó por calles y cuarteles, animando en medio de la muchedumbre incierta, venciendo resistencias….esforzando a los débiles, llenando los pechos de su osadía y entusiasmo. Su único propósito fue siempre la independencia de la Metrópoli”

[Juan Vicente González, Biografía de José Félix Ribas, 1976]

Texto/Néstor Rivero
Foto/Cortesía
Caracas