Un simple arqueo de los hitos históricos ocurridos entre 1958 y 1998 nos dará una balance de la manera como se hizo política en Venezuela y en la que la mentira, el engaño y la traición eran los “aprestos” disponibles para hacer praxis de gobierno.
Empecemos por 1958 luego de la asunción de Rómulo Betancourt a la Presidencia y vista la serie de reclamos y demandas sociales, “en especial los desempleados se agolpan en las calles para exigir solución a su condición”. Betancourt resuelve decretar la primera suspensión de garantías constitucionales, a esta le van a seguir varias suspensiones, incluso el 23 de enero de 1961 cuando se promulga la Constitución.
He aquí un fragmento de su discurso el 21 de enero de 1960: “…Contra este bandidaje ya no cabían medidas civilizadas. Y por eso se impartieron a las Fuerzas Policiales y a las Fuerzas Armadas de Cooperación (Guardia Nacional) para que dispararan, y no al aire, contra cualquier persona o grupo de personas que se localizase en el momento de lanzar o depositar explosivos (bombas molotov) en cualquier sitio de la ciudad. No se ha encontrado a nadie con las manos en la masa, pero debe quedar claro ante el país que las órdenes impartidas continúan… La orden es ésta: sobre quien sea ubicado por un cuerpo armado lanzando una bomba (molotov) se aplicará la última ratio de una descarga”.
Luego, durante su gobierno Raúl Leoni, durante un discurso el 17 de noviembre de 1965: “…Desatada la barbarie y el crimen por los grupos del extremismo que en forma intespectiva y alevosa sorprenden a desarmados campesinos ya ciudadanos de pequeños pueblos no le queda otro recurso que ordenar a su militancia se ponga en pie de combate que con los recursos que dispongan contribuyan a exterminar a quienes no tienen contemporizaciones humanitarias de ninguna naturaleza”.
Los resultados parciales de las investigaciones de la Comisión por la Justicia y la Verdad nada más en los cuerpos de seguridad y archivos de los tribunales militares durante el gobierno de Leoni señalan que las violaciones a los DDHH alcanza la cifra de 2.914 víctimas directas.
La cifra de violaciones a los DDHH bajó a 309 casos en el gobierno de Rafael Caldera; sin embargo los métodos atroces, las desapariciones forzadas y otros crímenes de lesas humanidad se siguieron cometiendo durante los gobiernos de Carlos Andrés Pérez 1973-1978 (AD), Luis Herrera Campins 1978-83(Copei), Jaime Lusinchi (AD)1983-1988 hasta el genocidio de El Caracazo, 27 de febrero de 1989, en el segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez, así como también protestas por medidas económicas antipopulares, promulgación de la Ley de Privatizaciones (1993), la suspensión de garantías y represión masiva.
Por su parte, veamos la declaración de Hennry Ramos Allup, el 30 junio 1990: “… si, nosotros estamos respaldando como partido de gobierno,(…) un paquete de medidas, tenemos que asumirlo con toda responsabilidad en la calle, en cuanto ese paquete sea impopular incluso,(…). Lo que pasa es que perdemos demasiado tiempo en nuestras disputas internas”, durante una entrevista con Sofia Imber , en Venevisión.
En esta resumida cronología, llegamos al 4 de febrero de 1992, cuando ocurre el alzamiento de jóvenes militares contra la corrupción, la miseria, el caos social y la entrega del país a las transnacionales. Recordemos el discurso del senador David Morales Bello (AD) en el Congreso el 5 de febrero de 1992: “… No podemos incurrir en contradicciones. Se condena (a los militares rebeldes) en una sola palabra. Mueran los golpistas”.
No tengo más que agregar. Todo esta registrado para esta breve revisión de la historia contemporánea.