«Tan solo el pueblo conoce su bien y es dueño de su suerte, pero no un poderoso, ni un partido, ni una fraccion. Nadie, sino la mayoria, es soberana», con estas palabras de ‘El Libertador’, Simón Bolívar, el canciller de la Federación de Rusia, Serguéi Lavrov, culminó su discurso durante su histórica participación en la Mesa de Diálogo Nacional, que se efectuó este viernes en la Casa Amarilla, en Caracas, con la presencia de dirigentes políticos de oposición y del Gobierno Bolivariano.
Desde la sede protocolar del Ministerio del Poder Popular para Relaciones Exteriores, el diplomático ruso, acompañado por su homólogo venezolano, Jorge Arreaza, celebró la iniciativa de diálogo político impulsada por el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, y, al mismo tiempo, fustigó las posturas extremistas de diversos dirigentes de derecha que son tutelados por la Casa Blanca.
«El diálogo nacional en Venezuela es un acto abierto a todos los partidos políticos, es claro que los oponentes radicales tienen alergia a estos eventos», expresó.
Igualmente, el jefe de la diplomacia rusa condenó las agresiones económicas y financieras del imperialismo estadounidense contra nuestro país. «Consideramos inaceptables las restricciones de Estados Unidos, que son ilegales, el objetivo es hacer un levantamiento popular», señaló Lavrov.
El canciller de la nación euroasiática también calificó a Venezuela como un socio antiguo que acompañará con todos sus esfuerzos en su desarrollo. «Entre Rusia y Venezuela existe una gran confianza, queremos que cualquier otro país sea independiente y se desarrolle de manera muy exitosa», ratificó.
Finalmente, Serguéi Lavrov precisó que «la crisis de Venezuela es producto de una gran campaña del imperialismo con el fin de derrocar al gobierno legítimo».
«Considero inaceptable los escenarios violentos, la Comunidad Internacional los condenará», puntualizó.
Está previsto que el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, reciba al diplomático ruso en el Palacio de Miraflores.
T/Luis Lovera Calanche
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