Candidato alcaldía de Bogotá Hollman Morris: «En Colombia, se ha invertido más en guerra que en educación»

Hollman Morris quiere ser el próximo alcalde de la ciudad de Bogotá. Su objetivo es muy claro: arrebatarle el poder a la derecha colombiana empezando por la capital y que la izquierda siga avanzando de cara a las próximas elecciones nacionales. Para ello, quiere conformar una propuesta parecida a las que lideran Ada Colau y Manuela Carmena en España.

Periodista, escritor, productor y político, Morris estuvo amenazado de muerte primero por el paramilitarismo a finales de los 90 y después por el Gobierno colombiano cuando le acusaron de tener vínculos con el terrorismo. “Yo fui víctima de Uribe durante todo su gobierno y eso me llevó a mi segundo exilio. Uribe convirtió a sus organismos de seguridad en persecutores de la oposición y de quienes pensamos diferentes en Colombia”, ha dicho durante una entrevista con eldiario.es en la que ha presentado su candidatura y ha repasado los principales problemas a los que se enfrentará su país en los próximos años.

Usted se presenta a las próximas elecciones como candidato a la alcaldía de Bogotá. ¿Qué es lo que esta ciudad necesita? ¿En qué se basa su propuesta?

Queremos convertir a Bogotá en en una ciudad desarrollada. El eje de esa apuesta parte de una necesidad sentida de los bogotanos: la movilidad. Yo le propongo a Bogotá sacar adelante el metro subterráneo y sacar adelante la movilidad férrea. Todo esto es algo que ya ni se discute en ciudades como Madrid . También proponemos una inversión fuerte en educación, ciencia y cultura.

Ha dicho en alguna ocasión que su propuesta se parece a las confluencias de Madrid y Barcelona.

Políticamente y filosóficamente es donde me sitúo, es desde donde leemos la ciudad de Bogotá, desde una propuesta eminentemente progresista. Igual que las fuerzas progresistas que hoy gobiernan Madrid, muy cerca a Podemos. Hoy, la Colombia Humana de la que yo formo parte quiere volver a gobernar en la ciudad de Bogotá. Es una fuerza que logró obtener 8 millones de votos en las elecciones presidenciales con Gustavo Petro.

Por primera vez en Colombia surge una fuerza progresista que le disputa el poder a las fuerzas de derechas que siempre han gobernado en toda la historia del país y llegar a la alcaldía de esta ciudad es un paso muy importante para lograr la presidencia de cara al 2022. Queremos luchar en contra del cambio climático, esto tiene que ver con la movilidad sostenible, invertir en educación y profundizar en los estándares sociales.

Hace poco, un chico colombiano de 23 años me contó que ha venido a España para encontrar un trabajo que se corresponda con lo que ha estudiado. Ahora mismo en Colombia los estudiantes se manifiestan a diario por la falta de presupuesto. ¿Que podéis hacer vosotros por los estudiantes?

En Colombia, históricamente se ha invertido más en la guerra que en la educación. El presidente Duque le mintió al país. Dijo que iba a invertir en educación, pero subió el presupuesto en guerra cuando Colombia está hablando de paz. Los estudiantes dicen que quieren menos balas y más títulos.

¿El mayor problema político de Bogotá es la corrupción?

El peor problema de Colombia es la corrupción y el narcotráfico. Tenemos que denunciar y detener el escándalo de corrupción que puede convertirse en el más grande del país que, como siempre, está ligado a una gran obra y a una empresa internacional. En Bogotá, estamos llamando la atención denunciando que la empresa SENER, empresa de ingeniería española, que estaría conectando con la corrupción y la ilegalidad.

SENER es una empresa que hace metros y le hemos pedido que nos diga, como interventora del metro elevado de Enrique Peñalosa, y que nos muestre los certificados de que ya se completó la fase de factibilidad. Lo que le estamos diciendo a SENER es que nos muestre los certificados. Infraestructuras sin estudios es corrupción.

Tuvo que exiliarse de Colombia porque estuvo amenazado de muerte durante el Gobierno de Uribe. ¿Cómo fue este momento?

Tengo un gran afecto a la ciudad de Vitoria y a Amnistía Internacional España porque hace 20 años tuve que salir de mi país por amenazas de muerte de la extrema derecha colombiana, armada por los grupos paramilitares. El movimiento solidario de España me acogió. Hoy estoy vivo gracias a esto.

Periodistas y activistas de su país temen que el auge derechista de alas de nuevo a la violencia contra ellos. ¿Se podría regresar a una situación similar a la de los secuestros y asesinatos de los 80 y 90?

El uribismo, que es el que representa Duque, no ha aprendido la lección. Yo fui víctima de Uribe durante todo su gobierno y eso me llevó a mi segundo exilio. Uribe convirtió a sus organismos de seguridad en persecutores de la oposición y de quienes pensamos diferentes en Colombia. En el año 2010, me tuve que exiliar de nuevo. Yo logré que uno de los hombres más poderosos del país, Álvaro Uribe Vélez con el poder de las cortes, rectificara públicamente sus amenazas contra mí.

Cuando digo que el uribismo no aprende es porque siguen en esas campañas de odio y estigmatización de quienes pensamos diferente en Colombia, incluyendo los periodistas.

El mensaje del caso Khashoggi es terrible. Un periodista que trabaja para un periódico norteamericano, columnista del Washington Post, ha sido asesinado y descuartizado en un territorio diplomático… es un mensaje para la prensa libre e independiente hoy en el mundo. Para quienes desde el periodismo denuncian las atrocidades y las tropelías de la derecha internacional, es un mensaje que hace que nadie en ningún lugar pueda estar tranquilo.

Uribe sigue muy activo en las redes sociales y ha conseguido colocar a su candidato en la presidencia este verano. ¿Cómo se explica que el escándalo de los falsos positivos no haya tenido ningún tipo de repercusión?

Cada día, esa derecha uribista tiene menos margen de maniobra. Hay quienes pueden ver decepcionante que el proyecto uribista haya llegado al poder, pero hay quienes preferimos ver que esta fue una derrota pequeña para una victoria grande. En los últimos años, nadie hubiera llegado a pensar que se iba a levantar una fuerza de 8 millones de votos, después de que veníamos de ser un movimiento de 2 millones.

¿Conseguirá Duque gobernar con su propia personalidad o seguirá simplemente la estela de Uribe?

Lo que nos ha demostrado en sus actuaciones es que está siguiendo el libreto uribista. Tal y como dijo Petro en su momento, Iván Duque va a terminar siendo una mala y peligrosa imitación de Álvado Uribe. El retroceso en libertades, la persecución al consumidor de dosis mínimas, los nombramientos, su voluntad de acabar con las cortes y convertirla solo en una, seguir el libreto a ultranza de la lucha contra las drogas de EEUU y volver a las fumigaciones con glifosato de los cultivos de coca nos dan para pensar que está gobernando una mala copia del presidente Uribe y, por lo mala, más peligrosa.

¿El cambio de Gobierno frena en seco el proceso de paz?

El proceso de paz ha recibido y sigue recibiendo golpes que pretenden minarlo, con el asesinato de más de 200 líderes sociales. Hoy en Colombia, el proceso de paz está herido de muerte. No encontramos una voluntad del Gobierno nacional de sacarlo adelante. Pero sí una presión fuerte internacional para sacarlo adelante. Las fuerzas uribistas están dinamitando el proceso.

Entonces, ¿qué va a pasar en los próximos años?

Lo que vamos a ver es una explosión de bandas criminales ligadas al narcotráfico que esta torpe agenda de combate al narcotráfico, con fumigaciones y con la ausencia de la llegada del Estado a los sitios olvidados del país, va a exacerbar la presencia del narcotráfico y de bandas criminales.

Los exguerrilleros de las FARC están en un limbo burocrático después de dos casi dos años de la firma del acuerdo. ¿Qué pasará con ellos?

Hay una representación política de las FARC importante. Pero no se ha cumplido el acuerdo con los guerrilleros rasos. Son hombres y mujeres preparados en la guerra que, si rápidamente, no se logra cumplir con los acuerdos de educación, con lo básico, seguramente las fuerzas ilegales ligadas al narcotráfico seguirán captando a estos muchachos. Por eso es tan importante que el Gobierno cumpla los acuerdos con las bases guerrilleras.

¿Esto afecta a los futuros acuerdos con el ELN?

El comienzo de la negociación con el ELN está complicado porque hubo un cambio de cúpula negociadora por parte del Gobierno de Duque, pero desde aquí también hago un llamamiento al ELN para que dé muestras de querer iniciar una negociación lo más pronto posible con el Gobierno.

Los colombianos que viven en zonas fronterizas con Venezuela están preocupados por sus empleos como resultado de la ola migratoria del país vecino. ¿Deben preocuparse por sus puestos de trabajo?

Los colombianos demócratas y los latinoamericanos demócratas estamos asustados de la llegada de Bolsonaro al poder en Brasil. Creo que ese gobierno se convertiría en una de las peores amenazas a la estabilidad de América Latina. No me cabe duda de que podría formar parte de una agenda con intenciones de desestabilizar Venezuela y esto, obviamente, tendría unas repercusiones humanitarias sobre Colombia.

Colombia tiene que tener capacidad para recibir y prestar toda la ayuda humanitaria a los compatriotas venezolanos que lleguen a Colombia. A Colombia no se le puede olvidar que fue el segundo drama humanitario más grande del mundo después de Sudán con 7 millones de desplazados internos y casi 3 millones de desplazados externos. Tenemos que aplicar lo que durante décadas aplicó el mundo con nosotros. Estamos del lado de la autodeterminación de los pueblos pero, sobre todo, de la salida negociada y dialogada al conflicto de Venezuela.