Candidatos y dirigentes de la MUD reconocen derrota

Resultado de elecciones regionales dividen aún más a sus líderes

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Difícilmente una alianza como la establecida en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) resiste una aplastante derrota electoral después de una inesperada victoria.

En 2015, por primera vez en 18 años de proceso bolivariano, la MUD obtuvo una importante victoria electoral que la llevó a presidir la Asamblea Nacional (AN) porque supo capitalizar el descontento popular generado principalmente por la situación económica.

En menos de dos años, sufren una contundente derrota producto de un verdadero voto castigo: la mayoría de la población rechazó la violencia desestabilizadora (guarimbas que generaron casi 200 muertos), las contradicciones (participar o no en las elecciones regionales), los escándalos (los millones en efectivo localizados en un vehículo perteneciente a su Lilian Tintori), las mentiras (indicaron que no aceptarían el diálogo cuando hay actas y fotos que demuestran lo contrario). Y como guinda del pastel, las diferencias internas de intereses entre los grupos.

Mientras los sectores más reaccionarios intentaron denunciar un supuesto fraude y convocaron incluso a nuevas manifestaciones en la calle con ánimo de generar violencia nuevamente, dirigentes y candidatos perdedores aceptan la realidad.

Falcón: Era inevitable

Uno de los primeros en reconocer los resultados fue Henri Falcón, candidato derrotado por el chavismo en el estado Lara, considerado desde hace casi dos décadas “bastión del cambio” opositor.

Falcón dijo que era necesario aceptar la pérdida con gallardía y aseguró que la tragedia de la oposición parecía inevitable después de tantas contradicciones y desencuentros. Desechó la idea del fraude y llamó a no generar más odio ni violencia entre los venezolanos.

Guarulla: Por errores propios

También Liborio Guarulla, gobernador saliente de Amazonas, dijo que la derrota en su estado se debió a los errores de la coalición opositora. Vaticinó la muerte de la MUD en agosto, y ahora parece que se cumple su profecía.

«En 17 años, Amazonas caminó en proyecto de los pueblos indígenas y la democracia. (La) MUD en Caracas acabó con ella imponiendo (un) candidato por sus intereses», manifestó en su cuenta en Twitter.

Ochoa Antich: Fraude no hubo

Por su parte, Enrique Ochoa Antich aseguró que “para interpretar los resultados, lo primero es reconocer que el chavismo existe como fenómeno popular. No hacerlo distorsiona la realidad, y aseguró que “fraude no hubo”.

Además añadió que la “incoherencia de la MUD entre extremistas y moderados, como Dr. Jekyll y Mr. Hyde, se paga cara electoralmente”.

Guerra: Nos derrotamos a nosotros mismos

La opinión pública internacional esperaba con avidez las explicaciones de quienes participaron después de decir que había una dictadura, y asumen ahora su fracaso. No son mayoría y no están unidos, es por ello que perdieron.

Y así lo confirmó uno de los principales gurús de la oposición en materia económica y política, el diputado José Guerra. En una entrevista en una cadena privada de radio aseguró: “Nos derrotamos a nosotros mismos”.

Guerra señala que fue responsabilidad de la oposición agrupada en la MUD, con sus propios errores y contradicciones, haber perdido el caudal de votos alcanzado en 2015 con la manipulación del descontento popular.

La MUD perdió unos 11 puntos porcentuales en comparación con el 56% obtenido para conquistar la AN, recuerda BBC Mundo.

Guerra confirmó lo que vaticinaron todas las encuestas previas al 16 de octubre. Al ser consultados, muchos votantes manifestaron una intención de voto favorable a la oposición, pero a ello se oponía la efectividad del voto. Para lograr el resultado favorable, la oposición debía movilizar a sus simpatizantes. Pero no lo consiguió.

Y es que en los últimos días de campaña y en las horas definitivas antes de las elecciones regionales del domingo 15 de octubre, la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) se concentró en combatir “el fantasma de la abstención”. Pero meses atrás habían dicho que la salida a la compleja situación actual del país no podía darse por la vía electoral.

Por otra parte, las encuestas son proyecciones muchas veces sesgadas por las visiones políticas de quienes las realizan. Tal y como lo demostraron las cifras, es incorrecto considerar que todas las personas “descontentas” por diversas razones con el Gobierno se traducen en votos seguros para la oposición.

También Guerra se refirió a supuestas “alteraciones” en el proceso, como las migraciones de centros de votaciones y otras “difíciles condiciones” que pudieron impactar a los votantes de la oposición. Pero esta aseveración contrasta con las auditorías previas a los comicios que realizó el Consejo Nacional Electoral (CNE) y que fueron refrendadas por todos los partidos políticos participantes en la contienda electoral.

La MUD dijo a sus seguidores que acudieran a votar, pero que se cometería fraude; dijo que votaran por sus candidatos, pero no lograron que los partidos que la integran apoyaran a abanderados de otras organizaciones.

En pocas palabras, la MUD pudo conocer este 15 de octubre las consecuencias de su falta de coherencia política y su incapacidad de poner de lado los intereses particulares de cada grupo para trazar una estrategia común.

Aunque los principales dirigentes de la mal llamada “unidad” pregonaban que “son mayoría”, no pudieron demostrarlo.

El escenario del 16 de octubre de 2017 no fue el mismo del 6 de diciembre de 2015. En esta ocasión, los liderazgos regionales, la trayectoria de los candidatos y los aciertos de la gestión gubernamental en el ámbito nacional tuvieron un gran peso específico. El pueblo ya conoce cómo gobierna la derecha.

La dirigencia de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) encarnada en los partidos Voluntad Popular (de Leopoldo López), Primero Justicia (de Julio Borges) y Acción Democrática (AD) de Henry Ramos Allup, fue sin lugar a dudas la gran derrotada.

T/ Modaira Rubio
F/ Archivo