Cannes despidió una edición política y polémica

Cannes no sería Cannes sin su correspondiente dosis de polémica, y en esta 72a edición del festival cinematográfico, que dio su Palma de Oro al surcoreano Bong Joon-Ho por el filme Parasite, política y sexo tuvieron tanto protagonismo como el cine mostrado en sus pantallas.

Bong cargó contra el clasismo con una potente comedia negra con tintes de drama social, y el abandono de las periferias llegó de la mano de Les misérables, del francés Ladj Ly, premio del jurado «ex aequo» con la brasileña Bacurau, crítica a su vez con la situación en Brasil.

Los hermanos Jean-Pierre y Luc Dardenne se sumergieron en la radicalización de los jóvenes con Le jeune Ahmed, premio a la mejor dirección, y la senegalesa Mati Diop, obtuvo con Atlantique el gran premio del jurado por su mirada sobre la inmigración. Diop fue la primera mujer negra en el Festival de Cannes en lograr una distinción.

SÍ AL ABORTO NO A LA GUERRA

La alfombra roja se alzó además como escenario desde el que lanzar un mensaje al mundo: el argentino Juan Solanas, autor de Que sea ley, la tiñó de verde con su pañuelazo en favor del aborto legal, y los codirectores de For Sama, Waad al-Kateab y Edward Watts, la usaron para pedir el fin de la guerra en Siria.

La delegación colombiana, con Ciro Guerra y Franco Lolli a la cabeza, reclamó justicia por el asesinato del cineasta Mauricio Lezama, y un beso en la boca entre las protagonistas de Adam, las marroquíes Loubna Azabal y Nisrine Erradi, saltó la frontera para provocar un escándalo en su país natal.

Nada comparable a los veinte minutos de sexo oral de Mektoub, My Love: Intermezzo, provocación sin argumento del tunecino Abdellatif Kechiche, o a la también explícita Liberté del español Albert Serra, premio especial del jurado de la sección Una Cierta Mirada.

MISOGINIA Y RACISMO EN LA MIRA

A su pesar, el actor francés Alain Delon captó la atención tanto por la Palma de Oro honorífica como por la petición lanzada por una asociación estadounidense para que se la retiraran por sus declaraciones misóginas y racistas.

En un año en que Cannes se había esforzado a favor de la conciliación, con la apertura de su primera guardería, no pudo evitar que un fallo de comunicación hiciera que la directora británica Greta Bellamacina viera denegado su acceso al Palacio de Festivales por ir acompañada de su bebé.

Además, las promesas en favor de una mayor paridad no se cumplieron: de los 21 filmes en competición, solo cuatro estuvieron dirigidos por mujeres, y de ellas destacó, con el mejor guión, la francesa Céline Sciamma por Portrait de la jeune fille en feu.

T/ EFE
F / Archivo CO
Cannes