El capitalismo en un sistema político, económico y social en el que unos pocos individuos y grandes empresas acaudaladas prometen adueñarse del mundo por medio de la privatización, siendo el capital un mercenario que no le importa lo que destruya siempre y cuando eso garantice un ingreso monetario.
Desde el siglo XVIII el capitalismo se ha encargado de construir una gran sociedad de consumo en la que los medios de comunicación han jugado un papel importante en la alienación de las masas y a través de dichos medios se ha venido construyendo un estereotipo de “sociedad perfecta” que no es otra que una sociedad engañada por el photoshop.
No es sorpresa que la mayoría de las imágenes que vemos de personas perfectas en los medios son el resultado de maquillaje, iluminación y manipulación digital por computadoras, pero para el capital es vital que la población consuma los productos que ellos ofrecen y la mass-media se encarga de conseguir que la población tenga la necesidad de adquirirla.
Dentro de la diversidad sexual (entendiendo la heterosexualidad como parte de la misma) se ha creado un estilo de vida ficticia que ha sido universalizada por la globalización, donde los cuerpos delgados son simbología de estatus y de éxito y los bustos, labios y glúteos agrandados son símbolos de sensualidad.
Este estilo de vida ha llevado a miles de mujeres y hombres a un quirófano con la promesa engañosa de una belleza eternizada y esto se agrava cuando incluimos el tema de la clase social, pues son muchas las personas que no logran costearse este tipo de operaciones y terminan muchas veces en quirófanos clandestinos en los que mayormente deforman sus cuerpos o en algunos casos consiguen la muerte.
Ello es resultado de una idealización de una estética distorsionada que la asocian con el éxito, la satisfacción personal, la autoestima, la aceptación, el estatus y el prestigio dentro de un grupo social. Sin embargo, pareciera que estamos ante una automutilación colectiva de los cuerpos de miles de seres humanos, producto de la alienación que nos genera la sociedad capitalista y profundamente patriarcal en la que vivimos.
Es necesario combatir este flagelo por medio de acciones contundentes que puedan contrarrestar la alienación producida por los medios de comunicación que cuyo objetivo ha sido la promoción del consumo y para ello es necesario el empoderamiento de esos medios como herramienta para la contra-alienación.