El pueblo de Caracas se sumó a los actos programados con motivo de la canonización de monseñor Óscar Arnulfo Romero (1917-1980), mártir salvadoreño que abogó por la paz en su país y defendió la libertad y los derechos humanos durante la dictadura militar.
Para celebrar esta proclamación se celebró una misa solemne en la iglesia de San Francisco, oficiada por el nuncio apostólico Aldo Giordano, en la que participaron el embajador de El Salvador en Venezuela, Domingo Santacruz, el padre Numa Molina, el concejal Armando Graterol, la jefa de la delegación diplomática de Nicaragua en Venezuela, Yaoska Calderón, representantes de las embajadas de Rusia, Bolivia, Japón y República Dominicana, además de voceras y voceros del Comité de Amistad y Solidaridad Mutua El Salvador-Venezuela.
Luego del acto litúrgico, Domingo Santacruz destacó el significado de este día para el pueblo salvadoreño. Señaló que
luego de una espera de 38 años, durante la que los promotores de la canonización debieron vencer los obstáculos de quienes “se oponen (…) a la existencia de voces como la de monseñor Romero”, por fin se hizo justicia.
Recordó cómo Romero durante una época política y social difícil en el Salvador, “prefirió colocarse al lado de los pobres, levantar su voz en su defensa y denunciar todo aquello que el consideraba injusto”: los grupos económicos, la oligarquía salvadoreña y la dictadura militar. A pesar de ser señalado por sectores de poder de sus país como un comunista y agitador, Romero resistió y proclamó la paz, la justicia y la necesidad de ver el mundo de una manera diferente, dijo el embajador.
EL MÁRTIR DE AMÉRICA
Monseñor Aldo Giordano trajo a colación la amistad de Monseñor Romero y el actual papa Francisco, de quien dijo
conoció “el significado del martirio” del sacerdote salvadoreño.
“Estamos aquí para agradecer a Monseñor Romero por el don de su vida. Su gran milagro es su testimonio. No tuvo
miedo, creyó en el amor, en la justicia, en la lucha contra la violencia y creyó en su pueblo, lo que lo llevó a donar su
vida, y este es el milagro más grande”, sentenció Giordano.
UN CURA DE CRISTO
Para Armando Graterol, presidente de la Comisión de Seguridad Ciudadana y Salud del Concejo del Municipio Libertador, la canonización de Óscar Arnulfo Romero, “reivindica su lucha ante la dictadura militar que oprimía a su país con el apoyo del Gobierno estadounidense”.
“Fueron tiempos de muchísimas luchas para el pueblo de El Salvador. Un pueblo que buscaba su independencia, (…) y fue la Iglesia real, la Iglesia de Cristo, representada por Óscar Romero, la que entregó la vida por los más necesitados, por los humildes”, declaró el concejal, quien además califico al santo centroamericano como otro de los héroes latinoamericanos, quien al igual que el comandante Hugo Chávez luchó por la Patria Grande, la patria que soñó el Libertador Simón Bolívar.
Los actos se extendieron al resto de la tarde de ayer domingo con una merienda en la sede del Concejo Municipal del Libertador, la colocación de una ofrenda floral en la plaza Bolívar de Caracas y un concierto en el Teatro Principal.