La parroquia caraqueña ha visto nacer a varios Vinotinto|El 23 de Enero es una cuna de grandes futbolistas

Conocida como una de las parroquias más viejas de Caracas, destacada también por su espíritu combativo, el 23 de Enero no solo es símbolo de resistencia popular y lucha social, sino también la cuna de muchos futbolistas que han vestido la camiseta de la selección Vinotinto.

Héctor Rivas, Roberto Rosales, Adrían Gómez, Roberto Quijada, Wilkinson Rivas, Wiswell Isea, Iván Isea, Edward Elizandre y Javier Medina son algunos de los nombres que han vestido la camiseta de la selección nacional en sus diferentes categorías y de algunos de los clubes más importantes del país.

En el sector Sierra Maestra, el Gobierno Nacional logró recuperar una de las canchas más emblemáticas de la parroquia: ahora cuenta con grama sintética, luces para jugar en la noche y la comunidad ha propuesto el nuevo proyecto para colocar gradas.

“Una de las partes más futbolísticas de Caracas es el 23 de Enero”, cuenta Rubén Parra, entrenador de la escuela de fútbol menor San Bernardino, la más antigua del país, fundada por ingleses en 1903. Luego de 20 años como formador de jóvenes, asegura que en el popular barrio “lo que sobra es material para trabajar”, pues su experiencia le dice que el mejor balompié se juega en los barrios: “¿De dónde crees que los brasileños sacan a sus mejores talentos?”, pregunta.

Parra recuerda haber visto más futbolistas en las canchas de los sectores de Monte Piedad y Sierra Maestra, aunque no recuerde sus nombres; sí reconoce que, aunque Caracas es conocida como una ciudad amante del beisbol, el fútbol es un deporte que “levanta pasiones” entre las y los habitantes del popular barrio capitalino.

“Yo entreno al sobrino de Roberto Rosales”, cuenta Parra, mientras suelta un corto recuerdo sobre el lateral derecho de la selección. “Siempre fue un muchacho con mucho talento, responsable con su deporte; nunca se le vio echando broma, y desde pequeño se veía que iba a llegar muy lejos”.

De los más recordados en el 23 de enero se habla de Wilkinson Rivas, actualmente con Tucanes de Amazonas; su padre Héctor Rivas; quien militó en Marítimo; Roberto Rosales, exCaracas FC y actual jugador del Twentee de la primera división de Holanda; Adrían Gómez, otro ex jugador de Marítimo, Roberto Quijada, quien defendió los colores de Estudiantes de Mérida; Javier Medina, popular con la camiseta de Minerven; y Edward Elizandre, quien pasó por Marítimo, Deportivo Italchacao, Caracas Fútbol Club y el extinto Unión Atlético Lara.

“Nosotros tenemos todas las categorías, desde compotica hasta súper veteranos; en total son 614 personas que entrenan con nosotros y eso para mí es un orgullo”, dijo Parra, aunque también señaló, que a pesar de que el Gobierno ha hecho una gran inversión social para recuperar los espacios deportivos, todavía “necesitamos más canchas”.

“Estamos a la espera del campo de Monte Piedad, que es donde está ubicada la escuela de San Bernardino; queremos que nos reparen el estadio. Ya están reparando el campo de beisbol, pero falta el de fútbol”, dijo, antes de subrayar que el objetivo principal es que “los chamos” aprendan a tener disciplina, para que además de cuidar los espacios deportivos dediquen más tiempo al estudio.

“Uno lo que espera es que sean jóvenes de bien. Para mí es el mejor pago que puedas recibir como entrenador”, porque, a su juicio, no todos serán futbolistas. “A lo mejor algunos llegan a médicos, otros a maestros o a militares”, porque lo que realmente esperan las y los habitantes del 23 de Enero es que, con la ayuda de todos, se pueda formar a buenas y buenos venezolanos.

MÁS RECUERDOS

Héctor Rivas, quien aún vive en la misma zona que lo vio nacer como futbolista en el bloque 52, recuerda otros nombres como Luis “El Zurdo” Rojas, Edgar Istúriz, “Nené” Martínez, Oswaldo Rojas, Davinson Diaz, Rodolfo Díaz y Benavides; “no recuerdo su nombre”, dice sobre este último, pero asegura que más de 20 jugadores han pasado por diferentes equipos del torneo profesional.

“El jugador del 23 tiene un estilo diferente, tú lo ves y dices, ese es del 23”, dice Rivas, quien describe al deportista de la parroquia caraqueña como un futbolista elegante, que sabe manejar la pelota y llevarla pegada al pie.

“Acá estamos comenzando a organizarnos, pero la idea es que algún día podamos participar en la liga. Ojalá podamos sacar un equipo en la segunda división, porque aquí hay mucho talento”, aseguró el exdefensor del Marítimo Sport Club de Venezuela

NUEVAS PROYECTOS

Gustavo García, habitante del sector Sierra Maestra, contó que las vecinas y los vecinos se unieron para formar la Fundación Deportiva Sierra Maestra, con el objetivo de preparar a unas 250 niñas y niños entre los 6 y los 14 años, y enseñarles algunos fundamentos básicos para correr, patear el balón, conocer la pelota y el deporte rey.

“Acabamos de armar un campeonato libre (de 18 a 25 años) para recoger fondos, ya que necesitamos comprarle balones y uniformes a los muchachos”, comentó; además, señaló que en el sector la cancha está abierta para quienes quieran practicar, pues normalmente aquí “conviven otras escuelas de la parroquia”.

Para García, el proyecto de la Fundación es diferente, el más nuevo de todo el 23 de Enero, pero bien claro en sus objetivos: “Formar jugadores, y dar la oportunidad a los niños y niñas de que formen parte de un deporte hermosísimo como lo es fútbol”, sin olvidar que los muchachos deben formarse como personas integrales.

Pero el sueño de los vecinos va más allá de la cancha de grama artificial: “Nosotros queremos unas gradas aéreas para que padres y representantes puedan disfrutar”, pues, el estadio no solo se ha convertido en un espacio para la práctica deportiva de las y los jóvenes de la zona, sino también en un espacio de recreación y esparcimiento para toda la comunidad.

Y es que el esfuerzo del Gobierno revolucionario se ha hecho evidente, pues “hace años, ni siquiera podíamos soñar con estadios para los niños”, que ahora se sienten más animados a cumplir sus sueños de deportistas, porque tienen la oportunidad de jugar “con una buena grama y buenas luces. Es como jugar en el Estadio Olímpico, o en el Maracaná”, agregó entre risas.

SUEÑOS DE BALÓN

Para Jesús Lugo, de 11 años de edad y estudiante de primaria del Colegio Virginia Martínez, el nuevo estadio es como “un gran regalo”, porque no solo se trata de un campo bueno, sino que “uno puede controlar mejor la pelota”.

Lugo vive en el bloque 31; por eso su ídolo no podía ser otro que el lateral derecho de la selección vinotinto, Roberto Rosales, quien también es vecino de la misma zona. “Yo lo veo en televisión y es como una manera de animarse; también me gusta como juega Juan Arango, pero a mí me gustaría ser como Rosales”, dijo.

Nelly Márquez, habitante de Cristo Rey, señaló que al ver a tantos niños disfrutando de un espacio recuperado por el Gobierno Bolivariano solo puede sentirse agradecida; destaca que, además de las niñas y los niños, también las adultas y los adultos “disfrutamos, porque podemos venir a ver a nuestros muchachos y a darle al balón”.

T/ Manuel Díaz
F/ Girman Bracamonte

Excelente noticia, y más lo es que entrenadores como Héctor Rivas extraordinario defensor central de perfil izquierdo de gran campaña con el Maritimo y Selección Nacional,señor dentro de la cancha, caracterizado por su entrega, por no perder ningún balón, por defender con coraje la camiseta esté hoy día transmitiendole a los niños y jóvenes de esa populosa zona capitalina sus conocimientos y experiencia, obtenida a lo largo de su gran carrera profesional. Y mejor aún que el gobierno le haya reparado esa cancha y de seguro aportandole el material deportivo suficiente para que sirva de formación personal y convertir a estos niños y jóvenes en hombres de fortaleza para la patria.