Unos 1.722 hombres y mujeres fueron juramentados este lunes en Caracas como nuevos inspectores populares, con el objetivo de derrotar de manera definitiva la guerra económica impulsada por la burguesía venezolana y que está caracterizada por el acaparamiento, el boicot y la usura de productos de primera necesidad.
Los nuevos inspectores forman parte de las vocerías de las Unidades de Batalla Bolívar-Chávez (Ubch) del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y, como inspectores, ejercerán contraloría social en los establecimientos comerciales y ventas domésticas de alimentos en los sectores de su competencia en las diferentes parroquias de Caracas.
El equipo, en un acto realizado en las instalaciones del Palacio Legislativo, se comprometió a «derrotar definitivamente la guerra económica que nos ha impuesto la clase dominante», manifestó el diputado a la Asamblea Nacional Fernando Soto Rojas, presidente de la Comisión Permanente de Energía y Petróleo.
Soto Rojas recordó que 2014 ha sido un año difícil, complejo y exigente para el pueblo de Venezuela, año en el cual la fuerza revolucionaria y bolivariana ha sido probada en diferentes embestidas que, de manera desmedida, ha emprendido la burguesía.
Mencionó que la superación de esas pruebas ha permitido avances importantes de la Revolución Bolivariana en los diferentes ámbitos, especialmente en lo económico, y dijo que la conjura contra los países petroleros, en especial contra Venezuela y Rusia, será una prueba más de la que el pueblo saldrá airoso, como ocurrió en el año 2002 y que formó parte de las maniobras emprendidas por la oposición con el propósito de derrocar el gobierno constitucional del presidente Hugo Chávez.
En lo económico, según cifras del Banco Central de Venezuela, el resultado de dicho paro fue una contracción de 9,2% del Producto Interno Bruto, la actividad económica cayó en un 27,7%; y los datos de Pdvsa indicaban pérdidas por $2.598 millardos (crudo no exportado), $267 millardos (ventas internas no realizadas) y $841 millardos (importación de combustible), realidad de la cual el Gobierno nacional logró salir adelante.
«Estamos acostumbrado a derrotar al imperio», recalcó e instó a los inspectores y al pueblo a mantenerse firmes ante la fase defensiva del imperialismo, que hoy «se encuentra aislado políticamente del mundo».