Para albergar a unas 450 familias provenientes del refugio del Estadio Bicentenario, en Fuerte Tiuna, y con la intención de brindarles una mejor atención, el Instituto Nacional de la Mujer (Inamujer) trabaja en la remodelación y adecuación de dos edificaciones en el centro de Caracas.
Se trata de un antiguo colegio, ubicado en la parroquia Altagracia, espacio al que serán trasladadas 50 familias, unas 300 personas en total, tan pronto estén culminadas las obras.
Hasta ahora en el lugar se han construido 1o baños y las instalaciones se equiparon con dos cocinas industriales, secadoras y tanques de agua.
Entretanto, el edificio Plaza, localizado en la avenida Urdaneta, será ocupado por unas 400 familias provenientes también de las instalaciones del fuerte militar.
La ministra del Poder Popular para la Mujer, Nancy Pérez Sierra, señaló durante una visita a estos espacios que con este traslado se quiere mejorar las condiciones de estas personas, afectadas por las fuertes precipitaciones registradas en el país a finales de 2010.
“Esto es gracias a un trabajo arduo de Inamujer, ente que asumió la recuperación de estos espacios para la dignificación de quienes habitarán estas dos edificaciones. Es hermoso saber que de alguna manera uno puede llevarle un poco de felicidad y tranquilidad a quienes lo perdieron todo, pero que ahora, poco a poco, lo están recuperando”, enfatizó la ministra.
Indicó que los funcionarios de su despacho han conformado equipos con los habitantes de los refugios y con quienes trabajan en la Misión Madres del Barrio para darle respuestas a los requerimientos y solventar las necesidades de estos ciudadanos.
Aseveró que en estos nuevos espacios se ofrecerán a sus habitantes todas las condiciones necesarias para una vida digna así como una serie de servicios integrales que incluyen actividades deportivas, culturales, educativas y recreativas, entre otras.
“Una vez que se muden los niños van a recibir clases de música y teatro. También las mujeres tendrán cursos de artesanía y costura. Hay muchos planes, muchos proyectos. Nosotros tenemos la responsabilidad de dar lo mejor por estos hermanos”, enfatizó.
Subrayó que no se trata sólo del traslado y la posterior instalación de estas personas, sino de un acompañamiento continuo en todas las actividades, en procura de su progreso y desarrollo.
“No es sólo llevarles insumos, es la atención de todos los días, es escucharlos, compartir con ellos. De aquí todos tienen que salir con una casa, con un trabajo, pero sobre todo con mucha alegría”, dijo.