Propone un consenso entre las alcaldías para multiplicar las buenas experiencias|Tulio Hernández: “Caracas es una ciudad signada por la polarización política”

Para Tulio Hernández, director de la Cátedra Permanente de Imágenes Urbanas (organización creada en 1993 para generar espacios de reflexión sobre la ciudad), “Caracas es una ciudad signada por la polarización política”. En su opinión este fenómeno afecta más a la capital del país que a otras ciudades regionales.

Según el sociólogo, el Gobierno central, al igual que los locales, «no se ha planteado en serio el tema de la violencia y del odio por razones políticas e incluso por razones de clases” como un problema que imposibilita la construcción de un espacio digno para las caraqueñas y los caraqueños.

No obstante, de acuerdo con Hernández, “el futuro va a depender de los proyectos políticos”. A su juicio, “lo primero que tiene que tener Caracas es un gobierno único. Un gobierno mayor”.

UNA MAYOR

Hernández considera que la Alcaldía Metropolitana no es una alcaldía mayor, ya que sus tareas están orientadas a coordinar el funcionamiento de las demás alcaldías, pero sin tener la potestad de impartir órdenes ni diseñar e imponer proyectos que involucren a instancias más pequeñas.

“Yo creo que hay que reformar ese concepto. Crear una Alcaldía Mayor al igual que en ciudades como Bogotá donde hay una institución que rige sobre 30 alcaldías pequeñas. Una Alcaldía Mayor que atienda los temas metropolitanos, como la recolección de desechos, el transporte y la seguridad”, comentó.

Asimismo, piensa que se debe reducir el tamaño de las alcaldías existentes. A su manera a de ver, no tiene sentido que exista una alcaldía del tamaño de la del municipio Libertador, ya que mientras más grande sea el espacio a gobernar menor es la efectividad de la gestión. “Las alcaldías son precisamente para que sean más gobernables los espacios urbanos”, indicó.

“Creo que hay que hacer muchas alcaldías del tamaño de Chacao, y que la del Libertador debe dividirse en cinco alcaldías pequeñas”, explicó Hernández, quien sugirió convertir la parroquia Catia en un municipio al igual que el 23 de Enero y Caricuao. En el caso de las parroquias que constituyen el centro de Caracas, propuso agruparlas en una sola; respecto al municipio Sucre, también recomendó subdividirlo.

“Esto, dijo el sociólogo, “hay que hacerlo, no con criterios electorales, sino con criterios administrativos; es decir, con la intención de crear espacios manejables”.

-¿Que debe hacer el Gobierno central para avanzar en este sentido?

–Yo creo que se ha hecho muy poco para mejorar a Caracas, principalmente porque este es el lugar de la polarización política. El Gobierno tendría que cambiar su discurso. Tendría que ser más respetuoso y no utilizar un verbo descalificador de los opositores. Reconocer que ser opositor es un derecho. Que no es nada horrible, castigable, sino que forma parte de la vida democrática. Sólo con bajar un poquito el uso de adjetivos, descalificativos y epítetos, ya se verían avances.

BUENAS EXPERIENCIAS

Para Hernández, una de las mejores experiencias de recuperación del espacio implementadas en la capital fue la desarrollada por el alcalde Leopoldo López, quien durante su gestión en el municipio Chacao mandó a ensanchar las aceras de las principales vías a casi siete metros, lo que mejoró la calidad de vida de las usuarias y usuarios. El proyecto también incluyó la instalación de mobiliario urbano.

“Ese tipo de intervenciones tiene repercusiones inmediatas en la actitud de la gente”, afirmó Hernández. Indicó que para que este tipo de práctica trascienda en toda la capital debe haber un consenso entre todas las alcaldías para llevarla a gran escala. De acuerdo con el investigador, “todo lo que se ha hecho es a escala todavía muy pequeña y puntual, como plazas y bulevares”.

Otra obra que, en opinión de Hernández, transformó Caracas fue la construcción del Metro. Recordó que como parte de este proyecto se edificaron los bulevares de Catia, y Caricuao, y se logró la peatonalización de Sabana Grande.

“Eso son lugares de convivencia. Lugares donde la gente aprende a convivir entre los diferentes y eso es importantísimo, reiteró. “Los espacios públicos tratados de esa manera son lo que genera que la gente que no se conoce entre sí, gente de diferentes clases y de diferentes niveles educativos aprenda a convivir en el mismo lugar”.

-¿Qué propondría tuviera la oportunidad de participar en un proyecto para organizar Caracas?

–Yo haría cuatro cosas para arrancar: una peatonalización de buena parte del centro de la ciudad y crearía una política de paradas fijas y de respeto de la norma de tránsito para los motorizados, peatones y conductores. Sería una gran campaña en donde la gente se involucre.

En tercer lugar haría un gran esfuerzo por unificar al Gobierno Central y los gobierno locales en un solo proyecto para tratar de erradicar esta lucha y esta pugna interna que existe hoy en día. Y para culminar, diseñaría un programa de cultura ciudadana que apunte a que la gente cumpla las normas y respete a los demás. Estaría constituido por actos de negociación de paz bajo el lema Caracas es una sola. Esta es una ciudad que viene desde Guarenas hasta los altos mirandinos y que incluye La Guaira y los Valles del Tuy. Es una metrópolis que tiene que reconocerse como tal.

UNA RELACIÓN DE AMOR Y ODIO

Tulio Hernández consideró que las caraqueñas y caraqueños, “como casi toda la gente que vive en grandes capitales”, mantienen una relación de amor-odio con la ciudad.

Cree que muchos manifiestan sus desacuerdos mediante las quejas, y experimentan “una sensación de asfixia, de agotamiento, de ganas de irse de la ciudad y mudarse a un lugar más tranquilo”.

Respecto al afecto, aseguró que apenas la gente sale del espacio capitalino “siempre experimenta una gran nostalgia por la ciudad, por los amigos, por sus espacios y sobre todo por el Ávila (Waraira Repano), un monumento natural que llamóel gran objeto de veneración de Caracas”.

“También extrañan mucho, mucho su naturaleza. Esta es una ciudad muy verde. Esta es una ciudad muy marcada por el Ávila y una ciudad que tiene una buena cantidad de oferta cultural que no se consiguen en ninguna otra ciudad venezolana”, refirió.

Agregó que las y los habitantes de esta ciudad sienten “una especie de fascinación por el entorno pero también hay una gran molestia por ella”, especialmente a causa del tema de la inseguridad.

Hernández piensa que muchos espacios de Caracas están marcados por la anarquía debido a la segmentación arbitraria de los espacio urbano por parte de organizaciones vecinales. Explicó que “muchas personas instalan garitas y prohíben el paso a quienes no viven en esas zonas, tratando de defenderse de la inseguridad”.

Indicó que, en este sentido, se ha hecho muy poco; no obstante, se refirió a la creación de talleres de negociación y el desarrollo de programas artísticos para contrarrestar la polarización. “Hay gente que usa las artes para luchar contra la violencia”, apuntó.

T/ Romer Viera
F/ Héctor Lozano