Este viernes, el presidente del Gobierno catalán, Carles Puigdemont, destacó que Cataluña debe mantenerse en el terreno de paz y el civismo, tras la declaración de la independencia que aprobara pocos minutos antes el Parlamento de la actual comunidad autónoma subordinada al Reino de España.
«Tenemos que mantenernos en el terreno de la paz, del civismo y de la dignidad, como ha pasado siempre y como seguirá pasando, sin duda alguna. Son las instituciones y las personas las que conjuntamente construimos pueblo, construimos sociedad. Un pueblo no se puede construir de manera separada de la sociedad», expresó.
El Parlamento de Cataluña aprobó, por 70 votos a favor, diez en contra y dos abstenciones, la propuesta de los partidos Junts pel Sí y la CUP, que propone declarar la independencia y abrir un proceso constituyente que «acabe con la redacción y aprobación de la constitución de la República». Además instruye al Gobierno catalán activar la Ley de Transitoriedad.
En declaraciones transmitidas por Telesur, Puigdemont aseveró que el Parlamento aplicó un mandato legítimo del pueblo de Cataluña -que en referendo celebrado el pasado 1 de octubre aprobó con más de 90% de sufragios la declaración de la independencia- y que ha dado «un paso muy esperado y por el que hemos luchado mucho».
Por su parte, el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, se pronunció en contra de esta declaratoria y enfatizó que se trata de un «acto delictivo». Tras la aprobación de la aplicación del artículo 155 por el Senado español, con 247 votos a favor y 47 en contra, Rajoy convocó a un Consejo de Ministros para abordar la situación.
«El gobierno tomará las decisiones que corresponda para recuperar la legalidad y lo haremos esta tarde», señaló, reseñado por medios internacionales.
El artículo 155 de la constitución española dice que el Gobierno central «podrá adoptar las medidas necesarias» para forzar a una comunidad autónoma «al cumplimiento forzoso» de sus obligaciones. Esta decisión requiere una adopción en el Consejo de Ministros y la subsiguiente aprobación del Senado, un proceso que podría durar varios días.