Alí Rodríguez Araque: los insurgentes, en cambio, nunca se plantearon asesinar a CAP|“Carlos Andrés Pérez dio la orden de matar a Hugo Chávez”

Por una falla de coordinación, Alí Rodríguez Araque, el comandante guerrillero, el dirigente de la Causa R, no llegó a tiempo para acompañar a Hugo Chávez Frías en el Museo Histórico-Militar, en Caracas, el 4 de febrero de 1992. Rodríguez Araque supo de la salud y el destino de Chávez cuando observó al líder en televisión, en una intervención de 30 segundos que cambió la historia venezolana. Hoy, 18 años después, asegura que el entonces presidente de la República, Carlos Andrés Pérez (del partido Acción Democrática), ordenó asesinar a Hugo Chávez, pero la instrucción no fue acatada por las Fuerzas Armadas.

“Cuando vi a Chávez en televisión, sentí calma, una especie de alivio, porque pensé que lo habían matado, y efectivamente, el plan fue matarlo”, señala. La orden de Carlos Andrés Pérez “fue bombardear el Museo Histórico-Militar, acabar con eso, pero la orden tuvo resistencia en el seno de las Fuerzas Armadas; los oficiales no cumplieron la orden, y posteriormente se creó un plan para asesinar a Chávez cuando era trasladado a Fuerte Tiuna”.

La idea del gobierno de CAP era acabar con Hugo Chávez. “Creo que intuían el peligro que representara que el líder de esa rebelión quedara vivo”, reflexiona. A pesar de lo que dijo Pérez en reiteradas oportunidades, “nunca, nunca” se habló de matar al Presidente. El propósito era capturarlo y someterlo a un juicio, ratifica Rodríguez Araque.

LA CAUSA R SE ECHÓ PARA ATRÁS

El 3 de febrero de 1992, Rodríguez Araque estaba en Maracay. Había perdido el contacto telefónico con los militares patriotas. “Me enteré de que el movimiento se iniciaba esa noche a las 9:00 pm del 3 de febrero de 1992. Estaba con un compañero, en un vehículo que fallaba y debíamos empujarlo. Logramos entrar a Caracas, pero hubo alguna descoordinación que nos impidió entrar en contacto y eso impidió que pudiera acompañar directamente al Comandante Hugo Chávez en el Museo Histórico-Militar”. Los grupos de izquierda que respaldaban la rebelión quedaron sin armas, sin directrices.

-¿Cuál era el rol del entonces ministro de la defensa, Fernando Ochoa Antich?

-Él jugaba a la conspiración, aunque nunca la asumió con todo el vigor. Al contrario, fue él quien le avisó a Pérez que había un movimiento.

El 4F sucedió, en opinión de Rodríguez Araque, una rebelión militar con un componente cívico que se echó para atrás. El nombre de un partido surge como el gran responsable: la Causa R. Pero más que del partido, de su dirección nacional.

“A pesar de que todos apoyábamos la rebelión, cuando se llegó a la hora de la verdad se reveló que en la dirección nacional de la Causa R no estaban de acuerdo. Después del 4 de febrero, varios militantes fuimos amenazados de expulsión, y eso ocurrió”. Quien defendió la posición de no participar en el alzamiento, rememora Rodríguez Araque, fue Lucas Matheus.

T/ Vanessa Davies