En distintas áreas|La Casa del Artista reconoce talentos empíricos

El tablado es para el artista escénico como un hogar que pone a prueba su disciplina, donde se exige rigor y cobija sus afectos. Pero desde hace seis meses el escenario de la Sala Doris Wells, de la Casa del Artista, ha permitido a quienes son creadores desde la praxis, incluso fuera de lo histriónico, exponer el resultado de las sensibilidades, su propia obra, para ser valoradas y reconocidas en el Programa Permanente de Certificación de Saberes Empíricos.

Tibisay Porras zapateó y hondeó su falda fuera de los escenarios de Europa y América Latina, que pisó con las tradiciones venezolanas a partir de la década del 80. Esta semana lo hizo frente a una Mesa de Certificación que comprobó su vasto conocimiento, aprendido junto a reconocidos bailarines venezolanos, para darle validez formal.

Con ello, se reconoce toda una vida del zapatear del Pajarillo y otros ritmos tradicionales. También bailó junto al docente e investigador Orlando Azuaje, quien remangó el ruedo de sus pantalones para interpretar descalzo un joropo llanero y cantarlo a todo gañote, reseñó el Ministerio de Cultura en una nota de prensa.

Ambos fueron el compás de la venezolanidad. Azuaje ejecutó canciones en cuatro y maracas, además de presentar los libros de su autoría Arpa criolla, su historia y evolución, al igual que Joropo Llanero, sus intérpretes y ejecuciones.

“El hombre, con lo poco que tiene, construye su vida y su saber”, concluyó, y los aplausos resonaron.

Al igual que ellos, mostraron su sapiencia Manuel González, en canto; Pedro Berroterán y Esmeralda Prieto, en artesanía; Elena Gómez, en danza, Ángel Herrera, en las artes plásticas; Jesús García, Williams Gómez y Ángel García, en actuación, y Palmer Talavera como cantautor e instrumentista. Todos con al menos 20 años de experiencia.

TyF/ Cortesía Min-Cultura