Por Germán Saltrón N.|Fabricio Ojeda, mártir de la revolución (Opinión)

Maestro, periodista y diputado, admirador de la Revolución Cubana, renunció a su cargo en 1962 y se unió a las guerrillas. Se hizo famosa su carta de renuncia como diputado, el 30/06/1962. Líder de la rebelión popular del 23 de enero de 1958 que derrocó la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez.

Fragmentos de esta carta dicen: “… vengo ante ustedes a expresar la decisión de dejar el Parlamento –este recinto que pisé por voluntad del glorioso pueblo caraqueño, hoy oprimido y humillado–, para subir a las montañas e incorporarme a los compañeros que ya han iniciado el combate y con ellos continuar la lucha revolucionaria para la liberación de Venezuela, para el bienestar futuro del pueblo, para la redención de los humildes. Estoy consciente de lo que esta decisión implica riesgos… Venezuela… necesita un cambio a fondo para recobrar su perfil de nación soberana, recuperar los medios de riqueza hoy en manos del capital extranjero y convertirlos en instrumento de progreso colectivo…

“…Necesitamos un cambio a fondo para liberar al trabajador de la miseria, la ignorancia y la explotación; para poner la enseñanza, la técnica y la ciencia al alcance del pueblo… Venezuela necesita un cambio profundo para que los derechos democráticos del pueblo no sean letra muerta en el texto de las leyes; para que la libertad exista y la justicia impere; para que el derecho a la educación, al trabajo, a la salud y al bienestar sean verdaderos derechos para las mayorías populares y no privilegios de escasas minorías… los venezolanos no podemos permanecer aferrados a una vida política, sin perspectivas de futuro. No hacemos la guerra contra las Fuerzas Armadas… (Allí) hay hombres que sienten la Patria en su exacta dimensión y que inspirados en las lecciones de Bolívar, siguen su ejemplo de valor, de nobleza y patriotismo… Si muero no importa, otros vendrán detrás que recogerán nuestro fusil y nuestra bandera para continuar con dignidad lo que es ideal y saber de nuestro pueblo. ¡Abajo las cadenas! ¡Muera la opresión! ¡Por la Patria y por el Pueblo! ¡Viva la Revolución!”, 30 de junio de 1962.

Fabricio nació en la ciudad de Boconó el 06/02/1929 y fue asesinado en Caracas en los calabozos del SIFA (Servicio de Inteligencia de las Fuerzas Armadas) el 21/06/1966 después de ser sometido a tortura por sus esbirros.

Se incorporó a la lucha armada en las montañas del estado Portuguesa durante el año 1962, y fue juzgado en un Consejo de Guerra junto con otros 124 guerrilleros el 15/11/1962, y fue sentenciado a 18 años de presidio. Quien subscribe fue absuelto en ese Consejo de Guerra por menor de edad. Fabricio recluido en la cárcel de Trujillo logró fugarse en compañía de otros compañeros.

El camarada Hernán Abreu en su último libro titulado Infancia y juventud de un guerrillero, relata episodios de Fabricio en la guerrilla en el estado Trujillo. Recomiendo también el libro titulado Vida y obra revolucionaria de Fabricio Ojeda, editado por la Alcaldía de Caracas con prólogo de Fernando Soto Rojas.

Esta breve nota sobre la vida ejemplar de Fabricio Ojeda tiene por finalidad unirme al inmenso regocijo nacional al llevar al Panteón Nacional los restos de uno de los millares de líderes destacados que tenemos en la lucha por la liberación nacional contemporánea de nuestra Patria.

T/Germán Saltrón N.
Caracas