Cazadores furtivos indonesios mataron a 750 orangutanes en el último año en la isla de Borneo, según los resultados de un estudio realizado por la organización Nature Conservancy y difundido en la revista PLoSOne.
Esa cifra se basa en una encuesta realizada a seis mil 983 personas de 687 localidades de Kalimatán, una región de Borneo que se considera el santuario más importante de esos simios en el mundo.
Más de la mitad de los hombres entrevistados admitió que había matado a uno de esos primates alguna vez en su vida para proteger sus cultivos, por temor o la necesidad de comercializar su carne.
Las cifras que maneja este estudio son puestas en duda por el portavoz del ministerio de bosques de indonesia, Ahmad Fauzi, quien señaló que es necesario revisarlo para determinar la veracidad de tales conclusiones.
Por su parte, la veterinaria Karmele Llano, quien dirige un centro de acogida de orangutanes en Kalimatán, dijo que aunque es posible que esos números sean equivocados, no están lejos de la realidad.
La caza, la tala de los bosques y la caza furtiva reducen las poblaciones de orangutanes de Borneo, cuya cifra ha mermado en 20 mil ejemplares en los últimos años, por lo que deben sobrevivir en estado salvaje unos 45 mil.