De manera despectiva, la oposición ha calificado el proyecto de cédula electrónica como “la cédula cubana”, y ha asegurado que forma parte de un supuesto plan para hacer fraude en los comicios de 2012.
A esto, el ministro del Poder Popular para Relaciones Interiores y Justicia, Tareck El Aissami, responde, tajante, que la cédula electrónica no es cubana, sino venezolana, y que el proceso de recedulación comenzará después de las elecciones presidenciales previstas para el año próximo. No antes.
La modernización de los servicios para garantizar la identidad, que se lleva a cabo con apoyo de Cuba, terminará con la emisión de la cédula electrónica. El ministro calcula unos tres años para la ejecución completa, que implica la recedulación de unos 25 millones de personas. “Todo el país debe recedularse”, aseveró.
Ese documento de identidad será único y exclusivo, subrayó. Permitirá, además, el acceso a la firma electrónica y otras aplicaciones tecnológicas (como chip para incorporar datos personales). Esta nueva cédula implica “pasar a ser uno de los países con mayor seguridad en materia de identificación civil en el mundo” y dar un salto tecnológico.
La base de datos para la cedulación “es administrada de manera soberana e independiente por venezolanos”, recalcó. “El falso lo que dice el oposicionismo” de que está en manos cubanas. El convenio de cooperación con Cuba incluye la transferencia tecnológica y de conocimiento, mas no el acceso a esta base, resaltó.
DOCUMENTO SEGURO
El proyecto de modernización que se adelanta con el apoyo de Cuba desde el año 2004, en el contexto de la Misión Identidad, ha permitido cedular a más de 5 millones de venezolanas y venezolanos; además, 1,3 millones de nuevas y nuevos electores pudieron inscribirse en el Registro Electoral gracias a que tuvieron acceso a la identificación, resumió El Aissami.
“Hemos avanzado en calidad y servicio para las venezolanas y venezolanos, extranjeras y extranjeros”, aseguró. “Hemos desmantelado a las mafias” que vivían de la identificación.
Ahora, reiteró, “hemos modernizado la plataforma de servicios y tenemos una base de datos segura, con más de 22 millones de huellas decadactilares digitalizadas (gracias al Sistema Automatizado de Identificación de Huellas Dactilares, de tecnología francesa), lo que nos brinda un documento de identidad seguro, confiable, transparente y único”.
La negación del derecho a la identificación “sólo logramos superarla con la Misión Identidad, que visibilizó a los sectores excluidos”, recordó. Esto molesta a la derecha, enfatizó El Aissami. “El presidente Chávez lo decía: sectores de la oposición quieren eliminar las leyes del Poder Popular, que es eliminar las misiones e impedir que los pobres tengan identificación y participen de manera democrática en cualquier proceso electoral”.
-¿Por qué el proyecto de Misión Identidad se hace con Cuba?
-Porque Cuba es una de las potencias de América Latina que han ofrecido una solución tecnológica integral para Venezuela. La solución integral incorpora tecnología española, francesa, estadounidense, portuguesa, alemana, venezolana.
La base de datos se hizo con base en el sistema Oracle de Estados Unidos. El Aissame explica que, en el año 2004, cuando comenzó la modernización, no había soluciones probadas en software libre. Por otra parte, destaca que en marzo de 2007 se emitió el primer pasaporte electrónico (con tecnología venezolana y alemana), y hasta la fecha se han entregado 5,6 millones de documentos.
“El acuerdo con Cuba es transparente; mucho más económico que otros” que se intentaron en el pasado y que no rindieron fruto alguno. El Aissami cita el caso de la modernización que se intentó durante el gobierno del expresidente Rafael Caldera (última década de los años 90), a un costo, supuestamente, de 500 millones de dólares. “El plan de cedulación nunca se hizo”, acusó. En cambio, ahora se garantiza “confiabilidad, transparencia y seguridad jurídica, y se evita la duplicidad de identidad”.
Aseguró que con las críticas hacia la cédula electrónica, la oposición quiere regresar al proceso manual y a las trampas electorales de la Cuarta República, cuando se aplicaba la consigna “acta mata votos”, aseguró el ministro del Poder Popular para Relaciones Interiores y Justicia, Tareck El Aissami.
Con base en la experiencia del pasado, El Aissami aseguró que el antichavismo “presagia una derrota” electoral, y afirmó que los señalamientos opositores son “una reacción instintiva ante una derrota segura”, y un presagio “de la contundente victoria que la Revolución le va a proporcionar a los factores de la oposición”.
Regresar al sistema de cedulación que se usó con anterioridad, advirtió, sería retroceder a las trampas que caracterizaron los comicios: “Los fraudes adecocopeyanos que negaron y robaron la voluntad del pueblo”, y la práctica del “acta mata votos” sin respeto por la voluntad de las electoras y los electores. Recordó, por otra parte, que en los regímenes de AD y Copei “hasta los muertos votaban”.
El ministro enfatizó que los cuestionamientos contra la Misión Identidad se ha convertido en un tema recurrente, ya que “a todos los procesos electorales los precede una campaña de descrédito contra el registro electoral y el sistema de cedulación”. No hay una consulta popular, agregó, “que no haya sido descalificada por los sectores oposicionistas”.
Con este ataque, apuntó, “se busca golpear al Consejo Nacional Electoral” antes de los comicios del año 2012.