Las personas desempleadas de 50 años o más pueden tener el mismo riesgo de infarto que los fumadores u obesos, reveló un estudio difundido este martes.
El estrés acumulado por varios despidos contribuiría al ataque cardiaco, de acuerdo con investigadores de la Universidad estadounidense de Duke, quienes publicaron los resultados de su trabajo en la publicación Archives of Internal Medicine.
Probablemente quedarse sin empleo tenga un efecto mayor sobre la salud que un trabajo que genere mucho estrés, acotaron los científicos.
A partir de un estudio de dos décadas con más de 13 mil personas, los científicos concluyeron que tras el primer despido a esas edades el riesgo de infarto aumenta más de 20%.
Si el individuo quedó cesante en varias ocasiones se incrementan las probabilidades de sufrir un infarto en un 63 por ciento.
Entre los fumadores, el riesgo de infarto fue de un 44 por ciento.
Pesquisas previas sugerían que un trabajo estresante podría aumentar el riesgo de ataque cardiaco, pero es necesario realizar más estudios en este caso para confirmar el vínculo, aclararon los científicos.
Durante los años que duró la investigación, mil de los participantes sufrieron un infarto.
Al analizar a las personas que tuvieron el accidente cardiovascular, los científicos encontraron distintos factores que pudieron incrementar el riesgo de padecerlo.
Descubrieron que además del sobrepeso, el sedentarismo, el mal hábito de fumar, la diabetes o la hipertensión, la pérdida del trabajo también contribuyó a la ocurrencia de ese evento de forma significativa.
«Este es un efecto considerable y con un impacto similar a otros factores de riesgo de infarto bien conocidos y establecidos, incluidos fumar y la obesidad», indicó Linda George, autora principal del estudio.
Investigadores que no participaron en la pesquisa, opinaron que este estudio confirma los resultados de investigaciones previas, que el estrés puede aumentar el peligro de ataque al corazón.