Chávez el gran integracionista y promotor del mundo multipolar

«El mundo del Siglo XXI que ya se asoma sobre el horizonte, no será bipolar, tampoco unipolar, gracias a Dios será multipolar».

La frase la pronunció el entonces candidato presidencial, Hugo Chávez Frías, un 12 de agosto de 1998, en una conferencia desde el Palacio de las Academias, Caracas, dando muestra de hacía donde llevaría su futuro gobierno en política exterior.

Luego de conquistar su primer triunfo electoral, el 6 de diciembre de 1998, Chávez, ratificó una vez más que impulsaría el sueño del Libertador Simón Bolívar, de alcanzar la integración latinoamericana y caribeña.

La visión de integración y de un mundo multipolar quedó plasmado en la carta de navegación de la patria, y que en su preámbulo escrito por el poeta Gustavo Pereira dice que promoverá: «la cooperación pacífica entre las naciones e impulse y consolide la integración latinoamericana de acuerdo con el principio de no intervención y autodeterminación de los pueblos, la garantía universal e indivisible de los derechos humanos, la democratización de la sociedad internacional, el desarme nuclear, el equilibrio ecológico y los bienes jurídicos ambientales como patrimonio común e irrenunciable de la humanidad».

Un sueño que se cristalizó

Chávez cumplió su promesa, y sus logros se cristalizaron con la creación de diversos organismos de integración, el primero de ellos: la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), fundada en diciembre del 2004 por el Gigante venezolano y el líder de la Revolución cubana, Fidel Castro.

En 13 años esta instancia, que en 2009 pasó a denominarse Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América–Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA–TCP), ha logrado apoyar las iniciativas económicas de sus integrantes,  desplegó programas como la Misión Milagro, así como programas educativos. Además el bloque ha ejercido un contrapeso sustantivo e importante a la hegemonía estadounidense en esta región.

En junio de 2005, nace PetroCaribe, por iniciativa de Chávez, bloque que ha consolidado un nuevo esquema de intercambio favorable, equitativo y justo entre los Estados del área caribeña, por medio del cual se suministra combustible a los países miembros en condiciones ventajosas de pago.

El Alba es el preludio de grandes organizaciones latinoamericanas como la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), fue el 23 de mayo de 2008 cuando se aprobó el Tratado Constitutivo de este organismo.

Esta instancia conformada por 12 países miembros, fue clave para frenar los intentos de golpe de Estado al presidente de Bolivia, Evo Morales en 2008. Un año después la instancia defendió la democracia y el orden constitucional en Honduras, durante el golpe de Estado dirigido por los sectores militares, con el apoyo de EEUU, que derrocó al presidente Manuel Zelaya, en junio de 2009.

Uno de los sueños más grandes de integración de Chávez se hizo realidad en diciembre de 2011, con el nacimiento de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), organismo que agrupa a 33 países de América Latina y El Caribe, sin la intervención de Estados Unidos.

«Estamos poniendo aquí la piedra fundamental de la unidad, la independencia y el desarrollo Sudamericano. Vacilar sería perdernos. Avancemos sin vacilación, que este es el camino. La unidad, la unidad, la unidad», expresó Chávez en el acto fundacional del organismo.

Otros de los logros de integración lo conquistó el Comandante en junio de 2012, cuando Venezuela entró como miembro pleno del Mercado Común del Sur (Mercosur).

La integración latinoamericana no fue el único logro de Chávez, tras su llegada al poder en 1998. Venezuela, dejó de ser el país sumiso al gobierno estadounidense como lo habían convertido los gobiernos de la IV República, y pasó a establecer alianzas comerciales y estratégicas con grandes potencias como: China, Rusia, con las que mantiene acuerdos en áreas petroleras, vivienda, educación, ciencia y tecnología, entre otras.

La patria de Bolívar también mantiene grandes alianzas con Irán, India, Turquía, Siria, Portugal, países del medio oriente y África.

Un apoyo que persiste

Luego de la desaparición física de Chávez el 5 de marzo de 2013, EEUU y sus aliados internacionales apostaron por aislar a Venezuela con el fin de intentar derrocar a la Revolución Bolivariana, pero han fracasado en sus intentos.

La derecha logró conquistar algunos gobiernos de izquierda en la región como es el caso de Argentina y Brasil, este último a través de un golpe parlamentario; pero aún así no han logrado poner fin a la unidad latinoamericana y caribeña, que alcanzó Chávez, y que hoy defiende el jefe de Estado, Nicolás Maduro, quien además consolida las alianzas estratégicas de la patria de Bolívar con diversos países del mundo.

Hoy Venezuela no solo sigue contando con el respaldo de: Unasur, la Celac, Alba-TCP, Petrocaribe y la Comunidad del Caribe (Caricom) quienes han rechazado las sanciones imperiales contra el país; sino que además preside hasta 2019 el Movimiento de Países No Alineados (MNOAL), conformado por 120 naciones. Es decir, Venezuela no está sola.

En septiembre de 2011, Chávez dirigió una carta a la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) con motivo del debate general de su 66º período de sesiones, y que fue leída por el entonces canciller de la República, Nicolás Maduro, en donde alertó que: «Washington sabe que el mundo multipolar es ya una realidad irreversible. Su estrategia consiste en detener, a toda costa, el ascenso sostenido de un conjunto de países emergentes, negociando grandes intereses, con sus socios y secuaces, para darle a la multipolaridad el rumbo que el imperio quiera».

Ante esto, Chávez dijo a los gobiernos del mundo: «El futuro de un mundo multipolar en paz, reside en nosotros. En la articulación de los pueblos mayoritarios del planeta para defendernos del nuevo colonialismo y alcanzar el equilibrio del universo que neutralice al imperialismo y a la arrogancia».

T/AVN