Chávez es llama ardiente

En un vehículo militar modelo Tiuna, conducido por Diosdado Cabello, llegó al Cuartel de la Montaña, en horas de la tarde, el pebetero con la “llama sagrada” que simboliza un tanto el “ardimiento” que impregnó la vida del líder de la Revolución Bolivariana, como él mismo lo confesara en un memorable diálogo sostenido con Fidel Castro en medio de risas y citas poéticas.

La caravana había partido pasado el mediodía desde la sede de la Academia Militar, en donde se le rindieron honores al Comandante en un emotivo acto presidido por el presidente de la República, Nicolás Maduro. El trayecto de 12 kilómetros fue el mismo recorrido de cinco años atrás con motivo de los funerales y el traslado del cuerpo de Chávez hacia el Cuartel de la Montaña.

Con la llegada de la llama y la ceremonia de disparo del cañón a la hora del fallecimiento del líder bolivariano, a las 4: 25, se cerraron oficialmente las actividades conmemorativas desarrolladas durante diez días en los espacios del antiguo cuartel militar, ubicado en la parroquia 23 de Enero.

En la ceremonia de la Academia Militar se vivieron momentos vibrantes cuando la primera teniente Scarlet Rengifo interpretó la melodía “Entre febreros y abriles”, canción que removió las fibras de los presentes. Luego, un video transmitido por el canal 8, muestra un diálogo entre Chávez y Fidel Castro en el que ambos, hablando de poesía, se toparon con la llamarada y el ardimiento.

Recordaba Chávez un poema de Alberto Arvelo Torrealba: “Por aquí pasó: por aquí paso, compadre/ por aquellos montes lejos/por aquí vestido de humo/ mi general iba ardiendo”.

Entonces le preguntó a Fidel: “¿Fidel, desde cuándo tú ardes?”. “Yo creo que desde que pasé hambre”, respondió el líder cubano. Fidel le dice: “¿Y tú, desde cuando ardes?”. “Desde que era el Arañero de Sabaneta. Es un ardimiento”.

Fidel señala: “Y nunca se apaga, Chávez”. “Ni que uno quiera se apaga”, responde Chávez. Luego dice: “¡Ezequiel Zamora, en mis manos está tu llamarada. Otra vez, ¿vez? La llamarada. Le dije, Fidel Castro, en mis manos llevo tu llamarada”, señaló sonriente el Comandante.

T/ Manuel Abrizo
F/ Luis Franco, Jonathan Manzano y Héctor Rattia