Chávez hizo realidad el ideal de patria

Cuando Hugo Chávez asume el poder el 2 de febrero de 1989 invita a los venezolanos a construir una patria. Y en aquella noche del sábado 8 de diciembre, en su última alocución a los venezolanos, señala: “Hoy tenemos patria, que nadie se equivoque”. Para Pedro Calzadilla estos dos momentos, con trece años de diferencia, puntualizan una idea, una constante, que atraviesa el ideario del Comandante y que fue el nervio de la Revolución Bolivariana en todo su discurso: la construcción de una patria donde no la había. Para Calzadilla, ese es un hecho importante en este momento cuando se analizan los primeros 20 años del triunfo de Chávez, el 6 de diciembre de 1998, que a juicio del historiador permitió que por primera vez el pueblo llegara al poder, de verdad, verdaíta, aunque no utilizó esta expresión.

Calzadilla, presidente del Centro Nacional de Historia, y Wilmar Castro Soteldo, ministro del Poder Popular para Agricultura y Tierras, fueron los encargado de disertar ayer en el segundo día del seminario que se realiza en la Casa de la Historia Insurgente con motivo de la conmemoración de los 20 años del triunfo del Comandante y el inicio de la Revolución Bolivariana. El conversatorio fue moderado por Patricia Méndez, historiadora del CNH.

Ayer la sala, como el día miércoles, estuvo copada por un grueso grupo de asistentes, entre ellos una representación de jóvenes de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana. Entre los asistentes estuvieron el profesor y antropólogo Mario Sanoja, el escritor Luis Britto García, la profesora Judith Valencia, quien intervino el pasado miércoles como ponente. Para hoy están comprometidos la alcaldesa de Caracas, Érika Farías, el gobernador de Miranda, Héctor Rodríguez, y el ministro de Cultura, Ernesto Villegas.

Calzadilla dijo del triunfo electoral de 1998 que estremeció a la patria venezolana de punta a punta y que abrió las puertas de un nuevo movimiento histórico, no solo en Venezuela, sino en todo el continente americano.

Calzadilla centró sus reflexiones en tres puntos: el tener patria, el derrumbamiento del posicionamiento puntofijista de que con la democracia representativa el pueblo venezolano había colmado sus expectativas, y un hecho ocurrido el 6 de diciembre de 1958, cuando un avión cargado de armas despega de Maiquetía rumbo a Cuba en apoyo a los combatientes, con Fidel Castro a la cabeza, en la lucha contra la dictadura de Fulgencio Batista, y que ilustran los nexos de solidaridad que han existido entre Cuba y Venezuela.

Wilmar Castro Soteldo abordó la personalidad de Chávez y su accionar político en tres aspectos referidos a la espiritualidad, la cuestión épica y militar de las propuestas, fines, de su desempeño como Presidente y el componente científico, luego de que Chávez declarara socialista a la Revolución Bolivariana en conciliación con ciertos postulados marxistas.

Soteldo afirmó que Chávez entre sus estrategias aparentemente desconcertantes sacó a los soldados, el componente militar, a los barrios, e introdujo al pueblo en los cuarteles, haciendo caso omiso de las críticas, cuando el Plan Bolívar 2000, de que cómo era posible que los soldados salieran a vender papas.

“Chávez comenzó una transformación, aparentemente soterrada, y mandó a los soldados a la calle. Cuando nos formábamos en las Fuerzas Armadas teníamos prohibido entrar en contacto con el pueblo. Era una vergüenza ir al pueblo”, contó Castro Soteldo, quien como piloto de caza participó en la rebelión de noviembre de 1992. Ayer, al comenzar su intervención, no pudo contener cierto estremecimiento y un tarugo en la garganta al hablar de quien consideró un hermano del alma, un amigo eterno.

Tener o no tener patria

Pedro Calzadilla expuso que cuando Chávez se juramenta en febrero de 1989, invita al pueblo a construir una patria.

“Cuando uno lee su discurso”, indica, “estaba la Constituyente, pero todas esas acciones políticas no eran más que una herramienta para lo que era su gran desafío, era el principio, la idea, de que Venezuela no era una patria: no teníamos patria. No sé si Chávez lo habrá tomado de José Manuel Briceño Guerrero, quien lo dice en 1983 conmemorando al Libertador Simón Bolívar. No tenemos paria. Él dice (Briceño Guerrero): Bolívar no es el Padre de la Patria porque no se puede ser padre de algo que no tenemos. No tenemos patria porque las sectas, mafias, que confiscaron el poder después de la muerte de Bolívar, la pusieron a un lado y lo que hicieron fue de esta tierra un territorio para la mercancía, el negociado, para transarla. El comandante Chávez retoma esa idea profunda, algunos pueden creer que es superficial porque al hablar de patria todo el mundo habla de patria. Estaba diciendo en el fondo el gran desafío, recuperando a Bolívar, recuperando el Discurso de Angostura, que el 15 de febrero vamos a cumplir 200 años. Y el comandante Chávez deja esa idea allí empezando la Revolución, febrero de 1989, dos meses después de un día como hoy, hace 20 años”.

Calzadilla agrega que el 8 de diciembre de 2012, cuando por última vez Chávez se dirige a su pueblo y nos pide que mantengamos la unidad y que perseveremos en la victoria y le demos todo el respaldo a Nicolás Maduro, dice la frase que complementa esa del 2 de febrero. Dice: “Hoy tenemos patria”.

“Habían pasado hasta 2012, doce años, de batallas, de esfuerzos, de resistir presiones extranjeras, internacionales, todos los imperios, todas las fuerzas, todos los capitales, conspirando las fuerzas internas, las oligarquías y Chávez hace el gran balance: hoy tenemos patria, que nadie se equivoque. Caracterizaba el lapso histórico de esa revolución. En ese tiempo había surgido un elemento nuevo, la noción de patria, convertida en alma, en esencia, en corazón. Lo dejo para el debate, como reflexión, porque es un concepto que nos puede llevar a analizar. De hecho Chávez lo hizo sistemáticamente desde todos los tiempos de nuestra historia”, asienta el presidente del CNH.

En otro punto diseccionado por Calzadilla asegura que la Revolución Bolivariana acabó, arrasó, con una poderosa idea posicionada por la Cuarta República, o el “puntofijismo”, en el sentido de que con la democracia representativa, que comienza con las elecciones de 1959, habíamos llegado a la realización plena como pueblo. De manera que si el pueblo venezolano había luchado por su independencia y resistido durante estos años, era para llegar a ese momento, es decir, que la ecuación consistía en que Rómulo Betancourt y Rafael Caldera, como cabezas políticas de aquel proyecto, eran los realizadores del sueño de patria, ya que se habían logrado materializar las aspiraciones sociales, políticas, a las que históricamente el pueblo había aspirado.

“Poderosa idea para la resignación”, afirma Calzadilla, “Ya llegamos. Esto era. Ahora lo que queda es mejorar. Tenemos problemas, pero es esto”.

El historiador tipificó al puntofijismo como capitalismo en su expresión más clara, con su sistema de exclusión de clases, de alianza servil con los capitales y poderes imperiales, es decir, la democracia representativa encajaba muy bien en el proyecto de la burguesía que había en 1830, cuando se desintegra Colombia. También estaba el proyecto del pueblo. Ambos pugnaron durante 168 años, pero ellos contaron con el poder político y económico. Y el pueblo resistiendo.

Con Chávez en 1989, por primera vez el pueblo toma el poder político. Los humildes con un líder se dotan de una Constitución.

Para Calzadilla esa pugna con la oligarquía está abierta. Han pasado 20 años de una revolución que por primera vez le arrebata el poder político. Han pasado 20 años en que este país no ha sido gobernado por ningún representante de los grupos económicos.

“Se dice, bueno, gran cosota. ¿Y eso para qué sirve? Para tener patria, para tener dignidad, para poder avanzar en un proyecto de transformación profundo de este país. En esta pugna estamos hoy. Antes ellos tenían el poder político, hoy lo tenemos nosotros. Siguen ellos teniendo mucho poder: poder económico, la Iglesia, alianzas con el extranjero. Nunca el pueblo ha tenido en su lucha el respaldo de esos poderes. Algunas vez hemos pensando qué hubiere pasado si la insurgencia de los años sesenta hubiera contado con la maquinaria comunicacional con la que ha contado la oposición venezolana en estos 20 años. Todo lo contrario, la insurgencia revolucionaria de los años 60,70 fue criminalizada por los medios de comunicación. Qué hubiera pasado si la insurgencia nuestra hubiera tenido el 10 por ciento del apoyo económico que ha tenido la oposición, rebelándose contra el orden constitucional,” planteó.

Para Calazadilla, haber derribado esa idea de la acción social benefactora del puntofijismo, en la conciencia de ellos y en la nuestra, representa una contribución que hace la Revolución Bolivariana.

“Ya ellos saben que no juegan solos, y nosotros sabemos que seguimos jugando con ellos”, señala.

Leer a Dios

El viaje del avión cargado de armas que voló al oriente de Cuba en diciembre de 1958 fue gestionado por Francisco Pividal, representante en Venezuela del Movimiento 26 de Cuba. Pividal, que después fue nombrado embajador en Caracas es autor del libro Bolívar antiimperialista.

Calzadilla, para recordar el hecho, leyó un artículo del profesor zuliano Alirio Armao, que recogió los pormenores. El coronel Hugo Trejo se encargó del armamento.

Las cajas transportaban 10 mil tiros 30.6 y 180 armas entre fusiles, ametralladoras calibre 30 de tripoide y un fusil automático obsequiado por Wolfgan Larrazábal.

Calzadilla mencionó este hecho que curiosamente ocurrió un 6 de diciembre y refleja la solidaridad entre Cuba y Venezuela. Por ese gesto Fidel Castro, ya triunfante, viaja a Venezuela en 1959.

En su intervención, Castro Soteldo confesó que su militancia comunista la había ocultado en la FAN durante 22 años. De Chávez dijo que los puso a leer la historia y después los puso a leer a Dios.

Del Comandante comentó a las batallas épicas que dio durante su gestión.

“En el 2004 pasó del Oráculo del guerrero a Carlos Marx y convirtió a Bolívar en socialista”, detalló. También se refirió a los debates de aquellos años con una izquierda recelosa, que desconfiaba de los militares. Igualmente mencionó las dimensiones expuestas por Federico Nietzsche sobre el ser humano, que podrían encajar en una aproximación a Chávez.

El profesor Mario Sanoja intervino brevemente para observar que en el discurso del presidente mexicano Manuel López Obrador, su programa político era como un planteamiento de lo que es el chavismo: la creación de universidades, poder popular, la educación para los pobres.

“Yo creo que ese discurso de López Obrador legitimó el pensamiento de Chávez como una filosofía política que va más allá de la practica, como una nueva ideología política que comienza a permear en el ánimo de los dirigente de América Latina”, expresó Sanoja.

T/ Manuel Abrizo
F/ Gustavo Frisneda
Caracas