Zona de catástrofe decretó este lunes el gobierno de Chile a la región sureña del Bío-Bío, específicamente en los municipios de Quillón, Ranquil, Florida y San Rosendo, donde un incendio ha quemado más de 18 mil hectáreas de bosques, así lo informó el presidente del país Sebastián Piñera.
Piñera aseguró que la localidad quedó totalmente destruida y que luego iniciarán la etapa de reconstrucción «que no será fácil». Al tiempo, el mandatario expresó que perseguirán «con toda la fuerza del mundo» a los autores de la tragedia en el sector, luego de que tomara fuerza la versión de que el incendio fue intencionado.
En el lugar, situado a unos 450 kilómetros al sur de Santiago, trabajan unos 600 efectivos de la Corporación Nacional Forestal (Conaf), bomberos y militares con el apoyo de aviones y helicópteros cisternas.
Piñera refirió que según un balance de la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi) se han declarado desde el domingo 48 incendios, de los que 13 ya están extinguidos, 20 controlados y otros 15 activos.
El incendio de la región del Bío-Bío, se suma al siniestro que afecta a cerca de 13 mil hectáreas del parque nacional de las Torres del Paine, a unos 2 mil kilómetros al sur de la capital chilena.
Entre tanto, la ministra del Trabajo, Evelyn Matthei, informó que el Gobierno estudia reabrir el próximo miércoles las zonas turísticas de las Torres del Paine, que se han librado del incendio, con el fin de asegurar el trabajo de un millar de personas que en la zona se dedican al turismo.