39 por ciento no le creen nada a la presidenta|Chilenos no confían en la democracia de su país

La confianza de los chilenos en empresarios, políticos y hasta en la presidenta Michelle Bachelet sufre su nivel más bajo desde el fin de la dictadura de Augusto Pinochet en 1990.

Los resultados de un estudio realizado entre el 13 y el 30 de marzo y publicado el martes por la empresa privada CERC-MORI confirman que las actividades corruptas de los personajes y organismos gubernamentales han provocado que los chilenos no vean con buenos ojos las instituciones de la democracia.

“Las acusaciones de corrupción en 2014 y 2015 llevan a la confianza en las instituciones de la democracia a su punto más bajo desde 1990”. “Los casos Penta y Caval impactan sobre todos los ámbitos de la vida social, política y económica”, ha desvelado el encuestador.

Según el sondeo, entre 2011 y 2015 la confianza en los partidos políticos bajó desde un 11 a un 7 por ciento. La credibilidad del Senado descendió desde un 18 a un 9 por ciento y en la Cámara de Diputados cayó desde el 17 al 10 por ciento.

La popularidad del partido oficial ha experimentado una caída fuerte: del 45 al 37 por ciento de enero a marzo. La aprobación al Gobierno también se ha reducido de 46 por ciento desde enero al 37 por ciento. En el mismo período, la desaprobación a la gestión de Bachelet aumentó de 42 al 52 por ciento.

Además, subieron en 13 puntos, al 39 por ciento, los chilenos que no le creen nada a la presidenta, mientras sólo el 10 por ciento le cree. A esto hay que agregar que la corrupción forma uno de los tres problemas prioritarios de la gente.

Hasta ahora Chile era un país que solía ser descrito como uno de los menos corruptos de América Latina. Pero lo cierto es que en los últimos meses se han abierto varios frentes.

Recientemente legisladores de la derecha conservadora han sido acusados de recibir financiación irregular para sus campañas políticas de parte del grupo Penta, un conglomerado que maneja más de 20.000 millones de dólares.

Por otra parte, Sebastián Dávalos, el hijo mayor de la presidenta de Chile, y su esposa Natalia Compagnon se consideran como sospechosos de “tráfico de influencias” para conseguir un préstamo de 6500 millones de dólares para la empresa Caval Inversiones (cuya dueña es Compagnon) y de utilización de “información privilegiada” en la compra de terrenos.

Dávalos insiste en su inocencia y en que no hay nada ilícito en caso Caval ya que a su juicio ocurrió durante el Gobierno de Sebastián Piñera (derecha), en una época en la que él trabajaba en el sector privado. Asevera también que este asunto no tiene nada que ver con el Gobierno de su madre.

Bachelet en su campaña electoral prometió luchar contra la desigualdad, sin embargo, el escándalo que involucra a su hijo y su nuera afectó mucho su popularidad.

En esta línea, aseguró el mes pasado tomar las medidas necesarias para luchar contra la corrupción en su país sin tener miedo de que las iniciativas afecten a personas específicas.

TyF/HispanTV