Con las secuelas del huracán Sandy todavía frescas en las mentes de los estadounidenses, muchos están cuestionando los posibles vínculos entre patrones destructivos del clima y el Programa de Investigación de Aurora Activa de Alta Frecuencia (HAARP) en Alaska.
Varios investigadores que estudian la ciencia detrás de HAARP han expresado preocupación por los trastornos que esta tecnología provoca en la ionosfera y el impacto que tiene sobre los terremotos, huracanes, tsunamis y otros desastres naturales. Algunos también consideran que HAARP es un nuevo tipo de arma.
HAARP está ubicado en Gakuna, Alaska. Es una colección de antenas colocadas en una red controlada por un computador. La Fuerza Aérea y Naval conducen el programa.
Según el sitio web oficial del gobierno “HAARP es un esfuerzo científico dirigido a estudiar las propiedades y el comportamiento de la ionosfera, con especial énfasis en la capacidad de entenderla y utilizarla para mejorar las comunicaciones y sistemas de vigilancia, tanto para fines civiles como de defensa”.
Las antenas emiten poderosas ondas de radio que se centran en la ionosfera (la delicada capa superior de la atmósfera), calentando esas áreas. “Ondas electromagnéticas rebotan de vuelta a la tierra y penetran todo, vivo y muerto”, explica el Dr. Nicholas Begich, un experto sobre HAARP.
Esta tecnología tiene aplicaciones para sistemas de comunicación y defensa, pero algunos creen que también tiene la capacidad de alterar rutas de corrientes de aire con patrones climáticos. Muchos temen que la misma también podría ser utilizada como arma de destrucción masiva.
La Unión Europea solicitó una indagar sobre HAARP para establecer sus implicaciones éticas, legales y ecológicas antes de cualquier investigación y prueba. Estados Unidos repetidamente ha rechazado tal investigación por motivos de “seguridad nacional”.
El Dr. Michael Chossudovsky, profesor de la Universidad de Ottawa, Canadá, cree que tanto EE. UU como Rusia han desarrollado la capacidad de manipular el clima con una nueva generación de “armas no letales”.
Según Chossudovsky, evidencia científica sugiere que “HAARP está plenamente operativo y tiene la capacidad de potencialmente desencadenar inundaciones, sequías, huracanes y terremotos.
Desde un punto de vista militar, HAARP es un arma de destrucción masiva. Potencialmente, constituye un instrumento de conquista capaz de desestabilizar selectivamente los sistemas agrícolas y ecológicos de regiones enteras”.
La Dra. Rosalie Bertell, una respetada médico y epidemióloga conocida por su trabajo en el campo de la radiación ionizante, sospecha que HAARP estará combinada con laboratorios espaciales como una operación militar, capaz de emitir un rayo de energía (comparable a una bomba nuclear) en cualquier lugar de la tierra.
La información sobre el programa HAARP es intencionalemnete limitada. A pesar de que científicos e investigadores han formulado una teoría sólida sobre el poder de esta tecnología, se requiere mayor investigación.