Investigadores de la Universidad de Tel Aviv, en Israel, liderados por Matti Mintz, informaron de que habían logrado crear un análogo electrónico del cerebelo de una rata.
Entre las funciones de esta región cerebral se encuentra la coordinación de los movimientos, la regulación del equilibrio y el tono muscular.
Esta parte del cerebro recibe a través del tronco encefálico la información sensorial, que sirve de base para decidir qué movimiento se debe hacer. Después, la señal correspondiente se envía a las neuronas motoras, que estimulan las células musculares.
Tras estudiar detalladamente cómo el cerebro recibe y transmite la información, los investigadores crearon un chip que conectaron al cerebro vivo con cables.
Para ensayar el dispositivo, los científicos inhabilitaron el cerebelo de una rata, tras lo cual intentaron desarrollar un reflejo condicionado en el animal. Durante el experimento, le soplaban aire a los ojos y ponían una señal acústica con el objetivo de que la rata parpadease al oír el sonido.
En animales con el cerebelo bloqueado no pudieron vincular la señal con el movimiento exigido. Pero, en cuanto les conectaban el sustituto electrónico del cerebelo, recuperaban el balance entre la sensación y el movimiento y reaccionaban igual que las ratas sanas.
En la siguiente etapa, los investigadores intentarán crear un modelo de una parte del cerebelo que podría controlar toda una serie de acciones del animal. Pero ya los resultados obtenidos son tan prometedores que hacen pensar que en el futuro próximo las prótesis cerebrales, por ejemplo, en los pacientes con apoplejía, lesiones o el mal de Alzheimer, puedan hacerse realidad.