José Antonio Varela: Este año “hubo 30 películas listas para estrenar”|El cine nacional cerró 2013 con más de 1 millón de espectadores

El año 2013 fue de tan buenas noticias para el cine venezolano, que una película -La casa del fin de los tiempos- se convirtió en un éxito de taquilla, y tres decenas de filmes estuvieron listos para el estreno. Este es el balance, siempre en positivo, del presidente de la Fundación Villa del Cine, José Antonio Varela.

“Este año fue un año récord: hubo 30 películas listas para estrenar. No se llegaron a estrenar las 30” debido a los espacios de exhibición, explica Varela. En esto ha incidido que, como los filmes han tenido éxito, “pasan muchísimas semanas en cartelera”, al menos seis u ocho, y no hay cupo para otros. La falta de espacios implica “un reacomodo de la geografía de exhibición y distribución en el país”, evalúa, con base en su experiencia.

La cinta Azul y no tan rosa, de la que Villa del Cine es coproductora, “tuvo muchísimo éxito”. La casa del fin de los tiempos, otra coproducción en la que participó la Villa, es “la primera película de terror que se hace en el país exhibida en salas comerciales y también tuvo muchísimo éxito”. Bolívar, el hombre de las dificultades cerrará el año con 200 mil espectadoras y espectadores, enuncia el realizador.

Visto así, el cine venezolano “está en su mejor momento histórico, sin lugar a dudas”, en cuanto “a números de producción, público, centros de formación”. Aun cuando Varela recalca que siempre se busca “lo mejor de lo mejor” y que por ende no se puede hablar de un punto óptimo, sostiene que la situación es muy buena. Para darle más peso a lo que argumenta, cita cifras del Centro Nacional Autónomo de Cinematografía, según las cuales hay “50 obras que se podrían estrenar el año que viene”.

De acuerdo con sus cuentas, “si sumamos todas las películas que estrenamos este año (como Villa del Cine) pasamos del millón de espectadores”.

INCREMENTO SOSTENIDO

De acuerdo con Varela, desde 2008 “ha habido un incremento sostenido de la producción y de la exhibición en el país”. El cineasta estima que “estamos rehaciendo unos patrones y un gusto por el cine venezolano” que existieron hace 30 o 40 años pero que en los 90 se vinieron abajo, llegando al extremo de que en esa época “hay años con un estreno y 3 mil espectadores al año”.

El realizador señala que el cine es “una obra cultural”, y que la única industria que se sustenta como tal es la de Hollywood, la de India -Bollywood- y la de Nigeria. En otros países, “si no fuera por una política de Estado fuerte, de defensa de la obra nacional” no serían “industrias que funcionaran económicamente”. Venezuela, en Revolución, lo asumió con ese criterio, y ello se vincula “con una política de Estado que tiene que ver con el nacimiento del Ministerio del Poder Popular para la Cultura”, la creación de la Villa del Cine (que en 2014 cumple 8 años) y de Amazonia Films, además del fortalecimiento de la Cinemateca Nacional para convertirla en un hecho nacional y no exclusivamente caraqueño. Los números revelan que “no es una política espasmódica”, sino “estable y sistemática”, reitera.

En su opinión “se ha ido creando un público que nos sigue, que nos quiere, que nos defiende” y que acompaña al cine venezolano. La mejor muestra es que hay “películas que en otro momento histórico hubiesen hecho muy pocos espectadores, por la temática -porque son densas, de arte y ensayo- y hacen 50 mil o 100 mil espectadores”. Dijo que le sorprendió lo sucedido con El chico que miente y con Brecha en el silencio, que sumaron varios miles de usuarias y usuarios. “Empieza a haber un arraigo y empieza a haber un deseo por verse, por compartirse”.

Varela estima que el público joven es el que más acude al cine en Venezuela. Retoma cifras del CNAC, de hace varios meses, según las cuales la cantidad de espectadoras y espectadores por copia de película era más alta para la producción nacional que para la extranjera. “Lo que pasa es que llegan infinidad de películas y el negocio del cine hegemónico es dos o tres películas que hacen todos los espectadores”, generalmente para niñas y niños (que pasa de 1 o 2 millones de usuarias y usuarios).

HILOS CON BOLLYWOOD

La competencia del cine venezolano con el extranjero sigue siendo difícil. “Es una maquinaria gigantesca, monstruosa; es el poder del dinero en el mundo. Un estreno de un blockbuster hollywoodense” es acompañado por un movimiento mediático fuerte, casi imposible de equiparar. Pese a todo, se ha hecho un gran esfuerzo en la promoción de la filmografía nacional, y “hay una inversión fuerte del Estado” en ese sector, reconoce.

La relación del cine venezolano con Hollywood es inexistente, pero no se puede decir lo mismo de Bollywood, la industria cinematográfica india. Recientemente el viceministro Xavier Sarabia visitó India y estableció acuerdos “para tener espacios conjuntos de formación”. También hay acercamientos con China. Se trata “de compartir experiencias”, porque “son industrias sólidas, que defienden su cine, que tienen una gran historia, que tienen mucho trabajo” y elaboran gran cantidad de filmes. Por ello se busca “un puente de trabajo en metodología, formación, exploración tecnológica”, enumera Varela.

Las conversaciones con India son recientes, pero no por ello Venezuela deja fuera la posibilidad de coproducciones con Bollywood. “Sería fantástico. Seguramente lo podemos hacer, seguramente lo vamos hacer”.

HITO DE 2013

Sin duda que uno de los hitos para el cierre de 2013 fue la transmisión, en el Sistema Bolivariano de Comunicación e Información, de la cinta Bolívar, el hombre de las dificultades, del cineasta venezolano Luis Alberto Lamata, con guión del mismo José Antonio Varela y de José Luis Varela. “Es una película que nos ha dado a nosotros, en la Villa del Cine, muchas satisfacciones”, confía Varela. Antes de ese acontecimiento unas 200 mil personas la vieron entre circuitos comerciales y no comerciales.

Aunque es una historia de una figura del siglo XIX, ha despertado un gran interés. Para el realizador se debe no solo a los atributos del filme, que los tiene, sino también a la relación amorosa de las venezolanas y los venezolanos con el Libertador. Recuerda que el prócer está, incluso, “en los altares de la fe popular”. En el pasado reciente de la Cuarta República era una figura montada en una estatua, el comandante Chávez le devolvió su carácter de pueblo, y la película de Lamata “hace una continuidad de eso, porque ese es el Bolívar de todos nosotros”. La cinta muestra que los seres humanos, con miedos y debilidades, “pueden ser muy fuertes si tienen un ideal” y amor por la patria.

Cabe destacar que la película enseña lo que Varela no duda en calificar como “el peor momento del Libertador”, porque “está derrotado, sin dinero, peleado con sus compatriotas” y pese a ello se sobrepone y lucha para liberar el continente. “Es una voz que te está diciendo que no hay derrota, que hay que luchar, que hay que seguir”, reflexiona. La gente, al observar la película, “se sorprende para bien de ese Bolívar tan humano”, mujeriego, luchador. Es, define, “una película de largo aliento” que no perderá vigencia, igual que ha sucedido con las obras sobre Zamora y con Miranda.

Mas a pesar de todos los esfuerzos realizados, de Bolívar queda por contar “todo”, sostiene. “Bolívar es infinito”. En 2014 se estrenará la película Libertador, de Alberto Arvelo, que contó con el apoyo de la Villa del Cine. “Nos parece fantástico que en los dos años se vaya a estrenar algo sobre Bolívar”, expresa. “Todas las miradas sobre Bolívar son pertinentes”.

CAMBIO TECNOLÓGICO

Aun cuando la Villa solo tiene ocho años, ya le toca asumir el cambio tecnológico, con la inversión consiguiente. “Estamos en un convenio con Argentina y ya estamos en la fase de establecimiento de contrato para hacer esa reingeniería”, con una inversión de 15 a 20 millones de dólares en varias etapas. También está previsto terminar un edificio, la reconstrucción del estudio de exteriores que “debe ser actualizado” porque el país tiene nuevas demandas, acota.

La reingeniería implica, tal como lo aclara Varela, modificar los formatos de registro de imagen. “Hace ocho años todas las proyecciones en el mundo eran mayoritariamente analógicas, en película 35 milímetros. Hoy día el mundo cambió y la proyección es digital”, con un equipo especial. “En nuestro país, que hay más de 400 salas, ya hay 100 que son digitales, pero debe haber un cambio” que implica el concurso del sector público y del privado para la actualización de todas. “Si trabajamos ordenadamente podríamos hacerlo para el año que viene”, estima.

Como cineasta, está convencido de que la transformación “nos conviene a todos”, y pone un ejemplo: “antes, para proyectar una película, necesitabas cinco latas”, lo que implicaba un costo mayor de traslado. Con la nueva tecnología es un disco pequeño. La modernización facilita el poder difundir el cine latinoamericano, porque se reducen los costos. La tecnología al servicio de la unión del continente.

T/ Vanessa Davies
F/ Archivo CO