«Desde allá», ópera prima del venezolano Lorenzo Vigas, se llevó ayer el León de Oro a la mejor película de la 72 Mostra de Venecia.
«¡Viva Venezuela!», gritó de forma muy expresiva el realizador tras recoger un premio por su ópera prima, una historia íntima y social al mismo tiempo, centrada en la vida de Armando (un gran Alfredo Castro), un técnico dental homosexual que busca a jóvenes con los que mantener relaciones en una Caracas muy convulsa.
Un premio que fue toda una sorpresa ya que no estaba entre los favoritos para hacerse con el León de Oro
«Es la priusta poner a gente diferente junta», afirmó Vigas, que consideró que ha sido un esfuerzo reunir a todo el equipo, pero que ha valido la pena, y que «deberíamos hacerlo todos en Sudamérica».
Una unión que ha servido para realizar una película centrada en el amor y en la carencia generalizada en Latinoamérica de una figura paterna presente, pero también una historia con trasfondo social y que refleja claramente la crisis social en Venezuela y sus consecuencias, principalmente para las clases bajas.
«El cine debe servir para eso y para entretener, pero si vienes de un país de un continente con problemas fuertes, creo que es una responsabilidad decir y hablar un poco, para que haya discusión de esos problemas».
Y eso es lo que hace en «Desde allá», su primer largometraje tras el corto «Los elefantes nunca se olvidan» (2004), que formarán una trilogía que cerrará su siguiente trabajo, «La caja». mera vez en la historia que tenemos un filme (de Venezuela) en Venecia», dijo un emocionado Vigas, quien aseguró: el premio «será muy bien recibido en un país en el que hemos tenidos problemas en los últimos años y espero que esto ayude un poco».
El realizador quiso resaltar la generosidad del guionista y director mexicano Guillermo Arriaga, que le ayudó a escribir el guión y le hizo «llegar al límite», y a los productores que le acompañaron en este proyecto, entre ellos el realizador mexicano Michel Franco, así como Gabriel Ripstein o Rodolfo Cova, además del trabajo del actor chileno Alfredo Castro.
«Quiero dedicar este increíble premio a mi país, Venezuela», un país con problemas pero, que, agregó: «somos muy positivos, somos una increíble nación y no vamos a parar de hablar unos con otros» hasta solucionarlo todo.
Y recordó a su padre, Oswaldo Vigas, «uno de los artistas más importantes de Latinoamérica».
DISCUSIONES
«Vengo de un continente en el que aunque deberíamos estar más conectados, no lo estamos. Es difícil en Venezuela ver películas de Colombia, que es un país vecino, no estamos muy conectados, culturalmente hablando», dijo en la rueda de prensa posterior a la entrega de premios.
Al respecto, resaltó que ha habido algunas ideas políticas que no se han desarrollado adecuadamente y que siguen siendo solo ideas.
Pero frente a esa falta de proyectos más grandes, se puede intentar mejorar las cosas a un nivel más pequeño, como ocurre con «Desde allá».
«Me gusta poner a gente diferente junta», afirmó Vigas, que consideró que ha sido un esfuerzo reunir a todo el equipo, pero que ha valido la pena, y que «deberíamos hacerlo todos en Sudamérica».
Una unión que ha servido para realizar una película centrada en el amor y en la carencia generalizada en Latinoamérica de una figura paterna presente, pero también una historia con trasfondo social y que refleja claramente la crisis social en Venezuela y sus consecuencias, principalmente para las clases bajas.
«El cine debe servir para eso y para entretener, pero si vienes de un país de un continente con problemas fuertes, creo que es una responsabilidad decir y hablar un poco, para que haya discusión de esos problemas».
Y eso es lo que hace en «Desde allá», su primer largometraje tras el corto «Los elefantes nunca se olvidan» (2004), que formarán una trilogía que cerrará su siguiente trabajo, «La caja».