Un cocodrilo egipcio, demasiado bien alimentado para su bien, espera hoy con paciencia obligada la crecida del río Nilo en mayo próximo para ser salvado de una muerte segura por inanición.
El saurio, de tres metros de largo y 200 kilos de peso, es demasiado voluminoso para salir por sus medios de la laguna en la cual ha asentado sus reales en la Presa Baja de la ciudad de Asuán, informaron funcionarios de la Dirección de Reservas Naturales (DRN).
La laguna es poco profunda y tiene sólo un estrecho pasaje lo que comporta riesgo para los rescatadores, que por mucho amor que tengan a la naturaleza, prefieren mantenerse alejados de las fauces de la bestia, cuya llegada al lugar fue desconocida hasta hace pocas horas.
En mayo habrá crecidas y será más fácil y menos riesgoso capturarlo, explicó Mahmoud Haseeb, de la DRN, quien se apresuró a aclarar que la presencia del gigantesco lagarto no pone en riesgo la vida de los pobladores, siempre que eludan penetrar en su reino temporal.