Esta bebida sigue ganando adeptos en el país|El cocuy tradicional se abre paso como un criollísimo regalo de Navidad

Su nombre de pila es cocuy. Su apellido, Falcón o Lara (dependiendo del sitio donde sea fabricado). Lo que antes era visto como un trago de borrachito barato, hoy pelea su puesto en la coctelería venezolana. Venezuela había sido una sociedad de güisqui, pero la situación económica, por una parte, y la reivindicación de lo nacional, por la otra, han llevado a que el cocuy de penca sea ahora una bebida bien recibida en fiestas, bares y restaurantes. Y, también, como regalo de Navidad.

Hay cocuyes y hay cocuyeras y cocuyeros. Isaloren Quintero, trabajadora social, es una cocuyera convencida de las bondades de esta bebida que fue perseguida años atrás y que ahora es tomada como base del bar criollo. Quintero se ha encargado de la representación del cocuy Miguel Jaime, que se ofrece en la feria navideña del Teatro Teresa Carreño (TTC), activa hasta el 22 de diciembre. Y si alguien pone en duda que se trata de un producto artesanal y de una distribución hecha a pulso, debe escuchar sus relatos de cómo un profesor comenzó a elaborar cocuy en Siquisique (hasta convertirse en la marca Miguel Jaime) y de cómo llegan las botellas del “clarito” y las mezclas a buena parte del país.

DEL “CLARITO” EN ADELANTE

“Al cocuy llegué por una amiga, Noraida Caro, que es cocuyera”, refiere Quintero. En agosto pasado ambas decidieron traer algunas botellas de la bebida producida por Jaime Vásquez. ¿Resultado? “Gustó mucho y a partir de allí ha sido una experiencia muy grata poder ofrecer a la gente un producto de calidad que mantiene la tradición”, describe.

Vásquez, profesor de física y matemática, confecciona su bebida desde hace 13 años. “Llegó a Siquisique para ser docente en un liceo y se enamoró del cocuy; como buen larense quiso resaltar esta bebida y comenzó, como dice él, con tres garrafitas”. La marca se llama Miguel Jaime por la combinación de su nombre, Jaime, y el de su papá, Miguel.

“En Lara hay mucha gente que hace cocuy desde hace mucho tiempo; no queremos desconocer el trabajo de otros productores”, aclara la emprendedora, “pero la marca Miguel Jaime mantiene el proceso tradicional y usa frutas, semillas y plantas”.

El llamado “clarito” es el licor base, de 48 grados. A partir de allí comienzan las combinaciones. “Miguel Jaime tiene más de 18 presentaciones”, detalla. Una de ellas es el cocuy con ponsigué; otra, la llamada “leche de burra”, que es el tradicional ponche crema pero con cocuy (que describe como una bebida con mucha presencia y sabor).

Quintero comparte la idea expresada recientemente en un conversatorio celebrado en la feria navideña del TTC: Al cocuy “le estamos dando su justo valor, lo estamos posicionando donde siempre ha debido estar”, expone. “No queremos que la gente tome cocuy por una moda, sino que sepa que es una bebida tradicional declarada patrimonio” de la nación.

No siempre fue así. Años atrás se consideró este licor como un “peor es nada”, como algo de lo cual avergonzarse. La trabajadora social explica que estuvo prohibido y que eso llevó a “que se creara un estigma” contra los destilados blancos y que se tratara de hacer ver al cocuy como “una bebida de borrachito de plaza”. No deja de preguntarse, con toda razón: “¿La ginebra no es una bebida blanca? ¿El vodka no es una bebida blanca? Y las personas lo beben”.

BONDADES

El precio del cocuy es asequible; no lo son otros licores que, por venir de otros países, se venden a precio de lingote de oro. Por otra parte es muy versátil, “se puede utilizar para preparar tragos” como el mojito y para nuevas mezclas como cuypelón (cocuy con papelón con limón).

Asegura, además, que esta bebida tendría cualidades medicinales. Lo que se cuenta popularmente es que posiblemente ayudaría a moderar los triglicéridos y el colesterol, además de mejorar la salud de la persona afectada por males respiratorios. “Nosotros no queremos pasa por encima de las indicaciones médicas”, puntualiza, “pero hay gente que lo toma terapéuticamente”.

APUESTAS

Quintero, al igual que emprendedoras como Francis Chaurio, de Chocolates con Cariño, se han dedicado a promover el cocuy en Caracas. “Hay sitios donde están ofreciendo estos tragos con cocuy, lo que ha ayudado a que la gente se acerque a la bebida”.

En la feria del TTC “hemos tenido una buena receptividad”, sostiene. Si la popularidad del cocuy se midiera por las cajas vendidas en el estand, la conclusión sería que hay enamorados del cocuy para rato.

T/ Vanessa Davies
F/ Miguel Romero