La adaptación venezolana, resultado de un consenso entre las diversas organizaciones feministas que participaron, dice así:
El patriarcado es un juez que nos juzga por nacer y nuestro castigo es la violencia que no ves.
El patriarcado es un juez que nos juzga por nacer y nuestro castigo es la violencia que ya ves.
Es feminicidio. Inmunidad para mi asesino. Es la desaparición. Es la violación.
Y la culpa no era mía, ni donde estaba ni como vestía (4 veces)
El violador eras tu. El violador eres tu.
Son los pacos. Es la Iglesia. Es el Estado. Son todos los Presidentes.
El Estado opresor es un macho violador (4 veces)
Anda el machismo suelto en los tribunales. Lo ejercen los magistrados y los fiscales. ¡No queremos mas femicidios, ni trata ni explotación!
¡Queremos que de respuesta la institución! En revolución, en revolución (3 veces)
Al preguntar a Nathalia Gonzalez Ojeda del colectivo Tinta Violeta y de la Red Araña Feminista, por qué participó en esta coreografía, respondió, «yo estaba ahí para encontrarnos entre conocidos y nuevos rostros que gritan al unísono contra el machismo. Para visibilizarme ocupando el espacio público que se nos ha negado. Para dar cuenta que en Venezuela la violencia machista impera, pero que la organización feminista popular se reinventa para dar frente a ese flagelo».
Otra participante, Victoria Alen, dijo, «estuvimos, primero convocadas por la performance de las compañeras chilenas de LasTesis que nace, entre otras cosas por el cansancio ante la impunidad estatal, tanto en Chile como en Venezuela, y creo (creemos) que por eso es tan poderosa la performance y la letra, porque engloba y señaliza una problemática global».
