Junto a la escasez de agua y alimentos|Colombia: Corrupción, otro flagelo que castiga a La Guajira

Junto a la escasez de agua y alimentos, causantes de la tragedia humanitaria que vive hoy La Guajira, la corrupción golpea también a ese departamento colombiano, particularmente a los indígenas de la etnia wayú, denunció el diario El Espectador.

Según activistas, más de cuatro mil menores pertenecientes a ese grupo aborigen (hombres poderosos en lengua arahuaca), murieron en los últimos ocho años por desnutrición, situación que podría poner en riesgo la preservación de dicho pueblo originario, alertan defensores de derechos humanos.

El gobernador encargado Jorge Enrique Vélez, nombrado por la Presidencia tras la destitución de Oneida Pinto, ha denunciado amenazas de muerte luego de que decidiera seguir la pista de contratos irregulares en esa demarcación caribeña e intentara descubrir el destino de 150 mil millones de pesos (unos 50 millones de dólares) aprobados para la inversión social, precisó el rotativo.

Además de esos hechos, al gris panorama administrativo se suman las graves imputaciones contra el exmandatario de La Guajira Juan Francisco Gómez, destituido e inhabilitado por la Procuraduría, debido a irregularidades en procesos de contratación.

Gómez está acusado de ordenar el asesinato de un grupo de dirigentes políticos, y adicionalmente le atribuyen nexos con bandas criminales por lo que enfrenta dos procesos penales, amplió el periódico de circulación nacional.

La crisis de los wayú fue reconocida incluso por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que en diciembre pasado dictó medidas cautelares para proteger la vida de los pequeños de esa etnia radicados en los municipios de Uribia, Manaure, Riohacha y Maicao, todos dentro del departamento de La Guajira, su territorio ancestral.

Hasta ahora las medidas adoptadas por el Gobierno fueron vistas como paliativos por líderes comunitarios, quienes exigen determinaciones de fondo.

Como resultado de la expansión de los programas mineros, esos hombres y mujeres perdieron valiosas hectáreas de tierra y el acceso al río Ranchería, imprescindible para el consumo del líquido y la agricultura.

A pocos pasos de El Cerrejón, entre las reservas de carbón más grandes del mundo, ese grupo humano sufre males que pudieran poner en peligro su supervivencia, reprobó el semanario Voz.

Se trata de un área saqueada, abandonada, la cual padece una sequía casi absoluta y donde la acción de la clase política, gremial y del propio Gobierno Nacional ha sido durante mucho tiempo prácticamente invisible, reprobó la excongresista Piedad Córdoba en declaraciones a Prensa Latina.

Fuente/Prensa Latina
Foto/Cortesía Semana