El próximo lunes 8 de agosto a las 5:00 p. m. en la Cinemateca Nacional del Museo de Bellas Artes, en Caracas se instalará la Comisión para el rescate fílmico e histórico del cine venezolano en formato Súper 8. La entidad impulsada por iniciativa del CNAC (Centro Nacional Autónomo de Cinematografía) y la Fundación Cinemateca Nacional estará conformada por Maite y Pily Galán, junto a Carlos Castillo y Milton Crespo.
Según explicaron las y los integrantes de este equipo al Correo del Orinoco, la comisión adscrita al Observatorio del Cine Nacional del CNAC, tendrá entre sus objetivos diseñar, planificar y ejecutar las acciones necesarias para recuperar y poner en valor el material fílmico y la historia de las producciones nacionales en Súper 8, como fuente fundamental para el estudio de un período aproximado de unos 14 años que arcó un hito en la cinematografía nacional.
Para conseguir estos objetivos la comisión se concentrará en actividades orientadas, en primer lugar, a dar a conocer parte de la historia contenida en este formato y especialmente de los múltiples festivales a partir de los cuales se generó, a lo largo aproximadamente 14 años, un importante movimiento superochero que además de consolidar una plataforma para el desarrollo de nuestras y nuestros cineastas, se convirtió en una referencia internacional con base en el potencial de nuestras creadoras y creadores.
CON LA AYUDA DE TODOS
A parte de actividades destinadas a la promoción, entre las cuales figura la programación de muestras de obras venezolanas en formato Súpero 8, tanto en salas establecidas como en lugares no convencionales de todo el país, este equipo coordinará labores de registro para ubicar y evaluar el estado físico de las obras elaboradas en este formato. Esto se combinará además con la elaboración de un catálogo.
En este sentido, señaló Pily Galán, la comisión espera que durante la organización de las muestras se sumen a esta iniciativa realizadoras y realizadores se sumen a esta iniciativa y aporten sus propias obras o informen dónde se pueden ubicar.
“Todavía no hemos comenzado y ya mucha gente se ha comunicado con nosotros para decirnos que aún conservan sus películas en Súper 8. Esto es muy importante tanto para elaborar el catálogo del Súpero 8 venezolano, como para la labor de registro y ubicación de las obras”.
Igualmente, agregó Pily Galán, la comunidad de superocheros que ya comienza a aparecer y reencontrase, promete aportar además material impreso, que podría formar parte de una especie de centro de documentación al servicio de investigadoras e investigadores sobre esta etapa del cine nacional de la cual poco se conoce a pesar de ser, de acuerdo con el testimonio de las y los integrantes de esta comisión, una de las etapas más importante del séptimo arte hecho en Venezuela.
40 AÑOS DESPUÉS
La instalación de esta comisión coincide además con los 40 años de la realización del primer Festival Internacional de Cine de Vanguardia Súper 8, una iniciativa de Julio Neri y su esposa Mercedes Márquez, organizadores de las primeras seis ediciones antes de que la responsabilidad d ela producción general del evento recayera sobre Carlos Castillo, quien participó en el certamen desde sus inicios e incluso llegó a ganar casi todas as categorías a lo largo de los primeros seis años.
Pily Galán recordó que este certamen asentado en Caracas,llegó a tener tanta repercusión a escala internacional que incluso fue conocido como “El Cannes del Súper 8”.
PROYECCIÓN INTERNACIONAL
La primera edición realizada en 1976 fue reseñada por importantes publicaciones especializadas de Inglaterra y estados unidos entre otras nacionalidades. Y en la segunda dición, recordó Castillo, vinieron al país importantes personalidades del mundo del Súper 8, del cine en general e incluso de otras manifestaciones artísticas.
Inclusive, en una oportunidad vino el cantante Rubén Blades en calidad de jurado, visita que dio pie, entre otros intercambios positivos a la realización de la música original d ela película venezolana Por los caminos verdes, de Marilda Vera Hernández.
Apenas desde la segunda edición “vinieron al país gente de todo el mundo y se encontraron con que nuestro cine le daba dos vueltas a cine internacional, por su propuesta estética, la calidad de sus contenidos y una cantidad de cosas. Y luego comenzó la cosa al revés nos invitaron para Irán que tenían el primer festival de Súper 8. De ahí nos invitaron a formar parte de la Federación Internacional de Cine Súper 8. esto permitió que nuestras obras se conocieran en diferentes países del mundo”, recordó Castillo.
Para 1981 ya varios de los más prestigiosos festivales internacionales del séptimo arte tenían secciones dedicadas al formato Súper 8 al que generalmente invitaban producciones de nuestro país. Ese año, por ejemplo Venezuela tuvo una representación en Cannes, Francia, específicamente en la sección conocida como la Quincena de realizadores, no con una ni dos, sino con tres obras: Bolívar, sinfonía tropikal de Diego Rísquez; TVO y Sopa de pollo de mamá, ambas de Carlos Castillo. Por su participación en esta última pieza, Maite Galán, integrante de la comisión, se convirtió en la primera actriz venezolana invitada a Cannes.
FORMATO PARA LA CREATIVIDAD
Para Milton Crespo, por los bajos costos y accesibilidad del Súpero 8, las creadoras y creadores de nuestro país, muchas y muchos provenientes de otras disciplinas artísticas, encontraron en este formato un interesante medio de expresión que exploraron de las mas diversas formas y posibilidades.
El formato significó además una importante escuela en el área audiovisual durante un momento en el cual no existía centros de formación relacionada con el llamado séptimo arte. De hecho, buena parte de quienes hacen cine hoy en el país, en diversas áreas, comenzaron con Súper 8.
la instalación de esta Comisión para el Rescate Fílmico e Histórico del Cine en Formato Súper 8 incluirá además una muestra compuesta por las obras Punto y coma (1977), de Ricardo Jabardo; Armada(1978), de Julio Neri; Hecho en Venezuela (1977), de Carlos Castillo; Chatarra (1983), de Vity Rodríguez, y Legado de un aficionado (1978), de Gianini Dalmaso y Chichu Olalde.