Comprometido con las comunidades Circuito Gran Cine celebra 25 años

Ampliar la diversidad cinematográfica en una cartelera dominada por la gran industria hollywoodense por medio de una red de salas de arte y ensayo, fue una de las principales razones que motivó la creación del Circuito Gran Cine, una iniciativa que este año cumple un cuarto de siglo, lapso durante el cual la propuesta inicial evolucionó hasta convertirse, hoy en día, en una organización dedicada a hacer del cine no solamente una vía para facilitar el derecho de acceder a la cultura, sino además en una herramienta de construcción de ciudadanía y valores democráticos.

Según la memoria de la directora general del Circuito Gran Cine, María Helena Freitas, la cuna de esta idea fue nada menos que la emblemática Sala Margot Benacerraf, hoy administrada por la Unearte (Universidad Nacional Experimental de las Artes). En ese templo caraqueño del cine, Bernardo Rotundo le propuso crear una asociación nacional de salas de arte cinematográfico para promover una diversa cultura cinematográfica en el país.

El proyecto que no tardó en materializarse llegó a disponer de 19 pantallas en 17 complejos de exhibición. Lamentablemente, principalmente por las complejidades del contexto general de nuestro país, muchas de esas salas hoy no están operando.

No obstante, Gran Cine no se detuvo. Con el devenir del tiempo y gracias a enfoque de servicio social que originó el proyecto, la entidad desarrolló una serie de programas sociales que le ha permitido llegar al corazón de las comunidades para promover “la tolerancia, el pensamiento crítico, el debate la discusión, la convivencia pacífica y formar mejores ciudadanos”, apuntó Rotundo en un encuentro con los medios de comunicación social.

Una fábrica de imágenes

Uno de estos programas, que funciona desde 2015, es Fábrica de Cine, una oferta de formación completamente gratuita, de un año de duración, dirigida a jóvenes desde los 14 hasta los 21 años, principalmente provenientes de sectores vulnerables, quienes tienen el privilegio de adquirir herramientas para la producción audiovisual, de la mano de profesionales de diversas áreas involucradas en la realización cinematográfica, con un programa académico amplio.

Previamente, los participantes son preparados y sensibilizados en materia de derechos humanos, igualmente de la mano de especialistas en el área. Hasta ahora, a lo largo de siete ediciones, se han formado en Fábrica de Cine unos 5.944 jóvenes y se han producido unos 35 cortometrajes, todos con la temática de los derechos humanos desde diversos enfoques, según datos aportados por Freitas, en la reunión con los medios de comunicación social.

Por otra parte, iniciado apenas el año pasado, el Circuito Gran Cine configuró el programa llamado Cine con Propósito, por medio del cuál han atendido a unas 26 comunidades de sectores populares de la Gran Caracas, entre las que se cuentan Propatria, Catia, Petare y San Agustín, entre otras que han recibido formación para que ellos mismos muestren, por medio del lenguaje audiovisual, sus propias realidades, logros y gestiones como comunidades organizadas.

De acuerdo a Rotundo, por esta propuesta que pone el énfasis en la preparación de personas con discapacidad y mujeres, se han producido en solo un año unos 18 cortometrajes que son el resultado de un proceso de aprendizaje tanto de las herramientas para la producción audiovisual como en valores para ejercer la ciudadanía responsable.

Lomito para la vista

Igualmente, está el programa Red Audiovisual, que suma ya a 132 comunidades organizadas que han sido sensibilizadas sobre el potencial del cine como instrumento transformador y para la transmisión de conocimiento.

A decir del presidente del Circuito Gran Cine, con esta iniciativa han nacido cineclubes y otros formatos de organización que han apoyado a su vez en el acompañamiento de hacer de estos núcleos sociales entidades autosustentables e incluso productivas.

“Les damos (formación en) gerencia de cineclubes, apreciación cinematográfica y también les hablamos de economía naranja y emprendimiento, la intención es que sean (comunidades) productivas” se les habla de desarrollo comunitario y ciudadanía responsable. “Les damos asistencia legal y ponemos a su disposición un archivo fílmico con 3 mil títulos disponibles que si te pones cinta negra en los ojos y eliges cualquier película, será una buena película. Es puro lomito, son 3 mil títulos de buen cine a disposición de las comunidades”, comentó Rotundo.

También a lo lago de estos 25 años, el Circuito Gran Cine ha llevado desde 2006, con su Cine Móvil Popular, unas 3.000 proyecciones, completamente gratis, en espacios no convencionales, al aire libre, en todo el territorio venezolano.

En plazas, comunidades, caseríos, en la Gran Sabana, en Delta Amacuro, en los palafitos del estado Zulia, “sobre agua y sobre tierra”, la pantalla inflable de este Cine Móvil Popular ha llevado a comunidades apartadas de cualquier sala oscura muestras cinematográficas nacionales e internacionales de una amplia diversidad, resumió Freitas.

Ayuda para ayudar

Sin embargo, para mantener e incluso ampliar estos programas sociales, esta ONG aprovecha este aniversario número 25 para lanzar una campaña de recaudación de fondos por medio de la plataforma Indiegogo, que opera en 235 países, destinada al micromecenazgo para proyectos creativos. Por otra parte, para aporte en bolívares, disponen de dos cuentas bancarias, además de una cuenta en la plataforma PayPal, todo para cumplir con la meta de recolectar una suma total de 25.000 euros.

La campaña #GranCine25 comenzó el pasado 16 de marzo y se mantendrá por dos meses.

T/ Luis Jesús González Cova
F/ Cortesía P. B.