Memorias de la insurgencia|El Centro Nacional de Historia prepara diccionario de los héroes ignorados de la Independencia

Memorias de la insurgencia comprende notas biográficas de personajes provenientes de los sectores históricamente excluidos

El Centro Nacional de Historia (CNH) publicará para el mes de julio el primer volumen de Memorias de la insurgencia, un diccionario con 300 nombres de personajes del pueblo llano, a quienes la Real Audiencia les abrió juicio acusados de apoyar, de alguna manera, la causa patriótica.

Los historiadores Eileen Bolívar, Luisángela Fernández y Simón Andrés Sánchez, han trabajado con otros historiadores en los 46 tomos que conforman la sección de Causas de infidencia, que reposan en el Archivo General de la Nación (AGN). Estas causas llevadas a personas sospechosas de infidelidad al rey de España, cubren el periodo 1799 a 1818.

Memorias de la insurgencia comprende notas biográficas de personajes provenientes de los sectores históricamente excluidos. “Es como una fotografía del personaje en el momento en que actuó o en el momento en que se le está acusando por infidente”, explica Sánchez. Los protagonistas son mujeres, pardos, blancos de orilla (clase blanca sin los privilegios de mantuanos y peninsulares), negros esclavizados e indígenas tributarios (obligados a pagar un impuesto al rey).

En paralelo, los investigadores del CNH han creado una base de datos con el registro de los testigos, autoridades, defensores y familiares lo que ha dado un total de 7.500 registros aproximadamente, esto contribuirá a establecer relaciones y redes de la insurgencia.

Explica Luis Pellicer, director del Archivo General de la Nación, que la “historiografía nacional se ha construido con los héroes, los próceres y lo demás fue desechado”. Un ejemplo es el de Teresa Heredia que fue acusada en dos ocasiones de espía y de ayudar de diversas formas a la causa patriótica por transportar armas o correspondencia. En el primer juicio fue castigada, le cortaron el cabello, la desnudaron, la embadurnaron de miel y luego de plumas, por último la pasearon en burro. La segunda vez la exiliaron, y sólo refiere su expediente que debía ser enviada al norte del continente.

Estos expedientes de la Real Audiencia cobraron auge en los años en que la causa patriótica tuvo sus peores momentos como en 1812, cuando llega el realista Domingo Monteverde y se pierde la Primera República. La historiografía conservadora también se ha dado a la tarea de rescatar sólo los expedientes de los nobles, pero por primera vez, los venezolanos podrán reconocer la participación del pueblo en la causa independentista.

Aproximadamente 1.600 infidentes tienen expedientes y en su mayoría pertenecen a las clases menos favorecidas, sobre quienes caían las penas y castigos más ejemplarizantes como latigazos, humillaciones, multas, embargos, exilio y muerte. No obstante, era frecuente que se les absolviera al alegar que no eran dueños de sus actos por ser borrachos, locos, ignorantes o borregos. Comentan los historiadores que es otra manera de ignorar y menospreciar el protagonismo del pueblo.

Sobre la asignación de las penas, Luisángela Fernández comenta que “por lo general, cuando el acusado era de calidad blanca, la justicia era un poco más benevolente en comparación con las penas que les daban a los esclavos, por el temor que había de que el sector mayoritario se alzara”.

Las acusaciones más frecuentes son “por proferir palabras subversivas contra el gobierno español”, explica Simón Sánchez. Pero también hay “causas por espionaje y por alterar el orden contra de las autoridades constituidas”, acota Eileen Bolívar. Y las más serias son “por involucrarse en movimientos e insurrecciones, o al estar ligados directamente a los ejércitos patriotas entrada ya la guerra”.

La investigación se ampliará con la consulta de otras fuentes como La Gaceta de Caracas (periódico de la época), y los archivos de los principales próceres de la independencia como el Libertador, Rafael Urdaneta y José Antonio Páez. Eso garantiza que ingresen en el diccionario los personajes que no llegaron a juicio pero sí tuvieron participación en la independencia, como un tal “huesito” que figura en la correspondencia de Simón Bolívar y cuyo nombre real aún no se ha descubierto.

La historia de María Tomasa Morales

María Tomasa Morales, india de 35 años, dedicada a labores domésticas, fue llevada a los tribunales por haber servido la mesa en la que comió Francisco de Miranda y sus hombres durante los días del 4 al 7 de agosto de 1806, en su estadía en Coro. También fue acusada de lavar la ropa del Generalísimo. Las autoridades españolas habían ordenado el desalojo de la ciudad, ante el inminente desembarco del prócer en La Vela. “Para responder a las acusaciones de haber contribuido con el bienestar de Miranda y sus hombres”, Tomasa alegó que éste la había obligado. El expediente no da cuenta del paradero de ella.

Estaban borrachas

Juana María Herrera y María Bonifacia Pérez, indias tributarias, de los Guayos, en Carabobo, fueron acusadas por proferir palabras subversivas contra las autoridades reales en 1812. El expediente cita que ambas expresaron: “Perros blancos, hijos de, levantaos, vende gente, que aquí lo que vale es el negro, indio y el zambo, y ojalá la laguna (Lago de Valencia) dejara de dar productos de pesca para ver qué se iban a comer los blancos valencianos”. Ambas fueron absueltas por que se encontraban en estado de embriaguez.

T/Florángel Gómez
I/ Manuel Loayza