Por Ennio Di Marcantonio|Contrastes (Opinión)

La revista en TV, tal como la que lees en impreso, es un espacio que contiene varias secciones dentro de su tiempo en el aire.

La TV privada no esperaba que un programa que recopilara contenidos ajenos a la banalidad, de forma creativa, y en sintonía con lo cultural que acontece en Venezuela, pudiera tener audiencia. La respuesta de Venevisión (Portadas) y Televen (Vitrina) es la mejor prueba del éxito de Contrastes, espacio de VTV que hizo retomar a todos los canales un género que había sido desechado por la segmentada TV privada de los noventa: la revista.

La revista fue un género considerado por la TV en Venezuela desde sus inicios en los años 50 del siglo pasado. Desde Fiesta (con Yadira Jiménez, Miguel Ángel Ortiz o Víctor Saume), hasta la internacional revista musical (con Richard Robertson, estrella de la revista Showboat) pasando por El show de Renny, programa que lanzó a la fama a Renny Ottolina, que se convirtió en el primer programa que exportó la TV venezolana, inicialmente a Argentina y Uruguay, y posteriormente a España (Antonio Olivieri, 1993).

La revista vuelve a la TV en la primera década del 2000, con Nuestra mañana (VTV), y en esta segunda década del siglo XXI el género se tomó con fuerza en el Sibci (Contrastes, VTV; La Patria Nueva y Duélale a quien le duela, RNV).

Para mantener su frescura, la revista debe seguir siendo ruptura del periodismo político, ese puente seguro, entre el noticiario matutino y el meridiano, por el que pasa un contenido recreativo y cultural, solo alterado por las conexiones con transmisiones en vivo de los noticiarios y pautas comerciales.

enniodimarcantonio@gmail.com